Una nueva investigación hecha por científicos de tres universidades de Estados Unidos demuestra que la cantidad de crímenes en el cine ha aumentado en los últimos 50 años. Se trata de la mayor realizada hasta ahora, en la que han analizado los diálogos de más de 160.000 películas a través de un sistema de Inteligencia Artificial.

Según Ludovico Longhi, profesor de historia del cine de la Universidad Autónoma de Barcelona, en una película hace falta el mecanismo de sorpresa que da experiencia diferente a lo cotidiano: "Es el wow, what the fuck, oh! Siempre dentro de unos límites".

Si es un tema de lenguaje, también han influido las redes sociales: "El asesinato es un recurso narrativo útil. La violencia ahora es más directa porque no hay censura", explica Longhi. "Antes había censura de los majors".

Albert Elduque, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad Pompeu Fabra, coincide con Longhi que la filmación de las muertes violentas "es más explicita ahora". "No hay estereotipos pero sí formas de mostrar la violencia que vienen de las artes plásticas", explica Elduque. 

Sobre la forma artistica de rodar la muerte, Elduque afirma que es una cuestión muy compleja: "El cine nos ofrece una gran variedad de perspectivas de ver y pensar la muerte. Si es ético o no, se tiene que mirar en cada caso".

La muerte puede generar una emoción intensa en el público, algo que muchos es lo que buscan en el cine, pero Elduque no cree que vayan al cine a "buscar muertes". 

Además, hay películas infantiles que tratan la muerte y el duelo, lo que permite tener una experiencia de algo que forma parte de la vida. "Los niños tienen que ver el cine con unos ojos críticos y tiene que haber una educación mediática."

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