Brooke Shields ha sacado un libro sobre envejecimiento llamado "A Brooke Shields no se le permite envejecer"

Paradojas crueles de la industria: a Brooke Shields no se le permitió ser niña (en la vida real) a los 11 años, y ahora no se le permite ser una mujer de mediana edad cuando va a cumplir 60. Es como si Brooke Shields solo hubiera sido útil, como producto de consumo masivo, durante el la década y media de su vida en la que fue considerada apta para la sexualización más implacable. Y como si lo que hubo antes o vino después no existiera o simplemente no fuera importante.

La historia de actriz es harto conocida: a los 11 años, interpretó a una prostituta adolescente en 'Pretty Baby', de Louis Malle, y a los 14 a una náufraga adolescente que descubre el sexo en 'El lago azul'. Fue más que suficiente para incrustarla en el imaginario erótico (y francamente pedófilo), alentado por la industria de la época. Tanto así que hace menos de un año un tipo con el que estaba hablando en una fiesta le dijo sin tapujos que hubiera deseado no saber qué edad tenía la actriz ahora mismo. “El hecho de que yo, probablemente alguien a quien él recuerda mejor como una chica de calendario de su infancia, pudiera tener cerca de 60 años arruinó algo fundamental para él” ha dicho la actriz.

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En este, su tercer libro -ha publicado en las últimas dos décadas un par de volúmenes de memorias sobre su insólita vida en Hollywood- Shields se acerca más a las experiencias comunes de las mujeres de mediana edad (y con ello, tal vez, a la autoayuda) para hablar de la disminución de estrógenos o de la libido, de los hijos que se van del hogar y de lo que la sociedad, ya no solo el cine, esperan de las mujeres alrededor de los 60. Un momento vital en el que, asegura, se sigue tratando a las mujeres con hipocresía, y mientras por un lado se les pide 'envejecer con gracia' por el otro se les conmina a mantenerse hermosas.

Como dice, Fiona Sturges, crítica de The Guardian: "Las celebridades ricas que dan consejos sobre cómo podemos vivir mejor pueden resultar molestas, pero Shields no es Gwyneth Paltrow y tiene la visión de reconocer su privilegio como actriz de considerables recursos. Para aquellos lectores que estén en plena mediana edad, 'Brooke Shields no tiene permitido envejecer' no cambiará sus vidas, pero puede que les haga sentir un poco más comprendidos".