La historia del toldo verde de periferia en España: "Es el referente visual de varias generaciones"

Mucha de la cultura popular que conocemos - de los Chichos a C. Tangana- se construyó a la sombra de una lona de poliéster de color verde oscuro. No lo decimos nosotros, sino los autores de 'Toldo verde: postales de otro patrimonio' (Ediciones Asimétricas, 2024), un libro que reúne los textos del arquitecto e investigador Pablo Arboleda y las imágenes del fotógrafo Kike Carbajal en torno a este parasol tan característico de nuestros barrios.

Hablamos con los autores sobre el origen, evolución y ubicuidad de este mecanismo de aclimatación que tan bien ha funcionado durante décadas bajo el sol castellano y que, con el tiempo, se ha convertido en una seña de identidad más asociado a la periferia.

Pablo Arboleda

¿Qué sabemos de la creación del toldo verde?

El toldo está íntimamente ligado a la industria textil catalana. La fibra que luego se utilizaría para los toldos es muy dura y resistente y se empezó a usar para transportar y proteger mercancías, en especial alimentos. Los sistemas articulados para instalar toldos se patentaron en Francia a finales del XIX y se empezaron a ver en España al poco tiempo como reclamo de las tiendas a pie de calle en las zonas más acomodadas de las ciudades.

¿Y cuando empezaron a usarse en las viviendas?

No fue hasta muchos años más tarde, a finales de los 50, cuando por fin su uso se comercializó para viviendas residenciales debido a su industrialización y a la consecuente bajada de sus precios. Podríamos destacar Recasens y Sauleda como dos de las mayores empresas textiles de España, que fueron los que comercializaron los famosos toldos con decoraciones florales en su interior que son tan típicos de la geografía española.

Hablamos de una época asociada al llamado 'Desarrollismo'? ¿Qué fue lo mejor y lo peor de este periodo?

El Desarrollismo fue una época de enorme prosperidad en España. Nuestro país sufrió 20 años de una durísima posguerra, una época de falta de recursos y de enorme escasez debido a la destrucción de la Guerra Civil y el aislamiento internacional del franquismo tras la derrota de sus aliados en la Segunda Guerra Mundial. Esto provocó el mayor éxodo rural que ha conocido nuestro país. Madrid, por ejemplo, aumentó su población por siete en tan sólo 30 años y evidentemente las ciudades no estaban preparadas para tal flujo migratorio lo cual generó gigantescos núcleos de infraviviendas en las periferias. Ante el ferviente anticomunismo durante la Guerra Fría, España se convirtió en una inesperada aliada de EEUU, y con el cambio de política económica del Régimen llegó el dinero y una época de recuperación.

Y con eso vino un boom de la vivienda...

En tan sólo 15 años se llegaron a construir 4 millones de viviendas. Fue un reto de unas proporciones colosales. En un principio, el Estado esperaba convertirse en el mayor promotor de vivienda, pero decidió dejar la mayor iniciativa a las grandes constructoras y la inversión privada. Muchos de estos nuevos barrios se construyeron sin apenas infraestructuras: numerosas veces no había colegios, ni centros de salud y ni tan siquiera asfaltado. De esta época surgen los primeros grandes “pelotazos” inmobiliarios, la expropiación y recalificación de terrenos y por supuesto el incremento incesante del precio de la vivienda. Problemas que evidentemente seguimos arrastrando hasta nuestros días   

¿Hubo alguna vez algún tipo de resistencia estética a la ubicuidad del toldo verde?

Todo lo contrario, realmente representa un símbolo de la llegada de la era de consumo a nuestro país. La gente por fin se podía comprar una casa a plazos, aparecían los primeros 600 y los televisores en blanco negro.

Lo digo por su uniformidad...

Bueno, era una época en la que no había una enorme variedad de productos y el mundo del toldo no tenía una gama de colores demasiado diversa, lo que si que tuvo una oferta más amplia fueron los motivos florales del interior que se vendían con nombres tan exóticos como “Cancún” o “Acapulco”. Tenemos que pensar que de los 21 distritos de Madrid prácticamente 18 se construyeron en aquella época, barrios enteros se edificaron sobre descampados, todos con características muy similares y con bloques prácticamente idénticos pero que alterarían para siempre la fisionomía de nuestras ciudades. La ubicuidad estaba en todas partes, pero a su vez era una ciudad en constante transformación y crecimiento.

¿Dirías que es un símbolo de la clase media española?

Yo diría que es más el símbolo de una época. Realmente el toldo verde es muy transversal a nivel social. Podemos encontrarlo en barrios de muy diferentes niveles económicos, pero incluso estos barrios han tenido una enorme transformación social. Algunos de estos barrios pudieron estar muy degradados tras la irrupción de la heroína, luego los hijos de los primeros vecinos se fueron a vivir a lugares lo cual estimuló una fuerte llegada de emigrantes y ahora están viviendo una nueva transformación con la gentrificación de jóvenes expulsados del centro por la subida de los precios de alquiler en el centro debido a su turistificación.  

¿Ha sido estigmatizado desde la estética o el diseño?

Estigmatizado me parece demasiado exagerado, pero si se suele tildar de “feo” o de “cutre”. Es cierto que la arquitectura de esta época no es especialmente llamativa y que su repetición constante le quita toda espectacularidad, pero no debemos olvidar que es el referente visual de varias generaciones de españoles: es el lugar de nuestros abuelos, es el espacio de una gran mayoría de nuestras experiencias vitales. Lo llevamos dentro. Nos sentimos identificados y nos remite a una suerte de memoria colectiva. No deberíamos desdeñar la nostalgia y la afinidad que nos provocan estos paisajes porque son una parte de nosotros.

¿Crees que con el tiempo ha sido revalorado desde otros ámbitos de la cultura?

El toldo verde es un elemento muy característico de nuestra sociedad. Te podría decir que es incluso más significativo que muchos de nuestros monumentos más emblemáticos. Seguramente aparezca en más películas y videoclips que cualquier otro elemento de nuestra arquitectura. Aparecen en las películas del Vaquilla, las comedias de Ozores, los dramas de Almodóvar o las series de Sorogoyen. En la música pasa lo mismo, muchas generaciones se han visto reflejadas en estos ambientes desde los Chichos pasando por Barón Rojo, a Los Ronaldos o C. Tangana. Nuestra cultura reciente ha incorporado siempre el toldo verde en sus expresiones artísticas.

¿En términos climáticos y ambientales, sigue siendo un artilugio funcional?

Por supuesto, antes de los aires acondicionados el toldo verde era la mejor forma para disipar un poco el calor de la vivienda en verano y filtrar la intensa luz de sol durante el día. De hecho, la industria del toldo en España sigue siendo una actividad con mucha demanda hoy en día y ha vivido una increíble revolución tantos en gamas cromáticas como en estructuras de todo tipo desde lo puramente residencial hasta espacios efímeros para eventos corporativos o culturales. A nivel climático es más sostenible que el aire acondicionado ya que su uso no emite CO2 a la atmósfera y el tejido del toldo actual se mantiene en perfectas condiciones durante 15 años lo que lo hace más resistente que muchos de nuestros aparatos eléctricos.

Kike Carbajal

Las fotografías de 'Toldo verde' nos hablan de personas, pero sin mostrarnos personas. ¿Crees que se puede retratar 'lo humano' sin los humanos?

Por supuesto, los humanos hemos modelado el mundo a nuestra imagen y lo hemos recreado según nuestras necesidades. Los paisajes urbanos que retrato en el libro son fruto de una concepción, que aunque parezca aleatoria, es absolutamente planificada. Digamos que lo que vemos son los vestigios de la civilización dominante de ese momento y en este caso es la historia de un enorme éxodo rural buscando un nuevo futuro en la gran ciudad, unas gentes que se encuentran con que esta no tiene capacidad para alojarles y se forman gigantescos núcleos de infraviviendas en las periferias. El régimen franquista intentó atajar el problema mediante la creación de planes de urgencia para crear vivienda, a la vez que se consolidaron los sectores de la construcción y la banca como nueva élite del país. Fotografiar estos espacios es retratar una época fundamental de nuestro país que sigue teniendo enorme resonancia en nuestros días.

¿Por qué dirías que son tan estéticamente fascinantes los paisajes urbanos si suelen ser monótonos, repetitivos, claustrofóbicos...?

Creo que tienen una enorme carga emocional. A pesar de ser anodinos y repetitivos nos sentimos profundamente vinculados a estos espacios. Tenemos que pensar que la mayoría de gente de nuestra generación y la de nuestros padres se ha criado en estos barrios y probablemente su cotidianeidad y su cercanía nos genera una mayor afinidad que muchos de los edificios emblemáticos de nuestras ciudades. A pesar de que muchos de los lugares son difíciles de localizar todos nos apelan a nuestra memoria colectiva: el ir a ver a la abuela, el bajar a comprar las chuches, el jugar en los descampados. Es un vivir común que compartimos la mayoría de españoles de la meseta y del Mediterráneo y que ahora también es el lugar de convivencia con la inmigración del resto del mundo. Todas esas implicaciones lo convierten en fascinante.

¿Cómo llegaste a la 'antropología visual' y como la definirías tú mismo?

Todos mis trabajos artísticos están basados en querer entender el mundo y poder describirlo mediante la imagen. En general, la fotografía comercial, véase publicitaria o de moda, se inventa la realidad para reflejarnos una imagen aspiracional de lo que deberíamos ser. Digamos que en nuestro sistema, la imagen se utiliza como propaganda para generar modelos de consumo y nuevos héroes que nos enseñan los caminos del triunfo social. Me interesa más una fotografía que a través de la pausa de la instantánea nos permita reflexionar sobre lo que somos y lo que estamos creando. Al posar la mirada le estamos dando una relevancia que normalmente desdeñamos pero que conlleva una toma de consciencia sobre la realidad que vivimos y nos rodea.    

¿Encontraste alguna particularidad al fotografiar el toldo verde? ¿Alguna singularidad cromática o plástica?

El toldo verde es una realidad omnipresente en todos los barrios de nuestro país construidos desde los años 50 hasta los 80, que fue la época de mayor construcción de vivienda residencial de nuestro país. El toldo verde es realmente un leitmotiv que aparece en todas las fotos de nuestro libro pero que realmente es un pretexto para hablar de la época de mayor expansión de nuestras ciudades. Quizás el mayor reto del proyecto fotográfico fue dotar de cierta épica y monumentalidad a estas zonas para hacer hincapié en su importancia histórica, al igual que el Palacio Real simboliza una estructura de poder de una época, los barrios son testigos de las luchas sociales, económicas y vecinales de otra época muy distinta.

¿Cuánto tiempo te dedicaste fotografiar para 'Toldo verde'?

En total llevo unos 4 años trabajando en este proyecto. En un principio salía con amigos artistas y practicábamos derivas de casi 20 km diarios en los que fuimos paseando todos los distritos y barrios de la ciudad situados fuera del radio de la ciudad del siglo XIX. En Madrid suponen 18 de los 21 distritos de la capital, lo cual supone casi 550 km2. Al conocer a Pablo retomo muchos paseos con él para impregnarnos del espíritu de barrio y poder plasmar esa vida que subyace en estas realidades urbanas.

¿Y el proceso de investigación?

El proceso de investigación fue a través de la lectura de libros, tesis y documentación en internet de portales oficiales y de blogs de vecinos que de forma altruista documentan la historia de sus barrios. El problema de la vivienda en España tiene muchas vertientes y aristas, se puede analizar desde muy diferentes perspectivas, y aún a día de hoy sigue siendo uno de nuestros mayores retos. Mis textos han abordado tres facetas distintas: los grandes hitos de toda esta época desde el neomudéjar hasta el Plan de Rehabilitación de Barrios del 83, la historia de algunos barrios emblemáticos de la capital y las constructoras que fueron las grandes protagonistas de esta época.

 ¿El toldo verde es un 'fenómeno' madrileño?

Todas las fotos del libro han sido realizadas en la ciudad de Madrid pero la mayoría de paisajes podrían intercambiarse con muchos otros sitios. Lo que más me ha fascinado son los poblados dirigidos y los barrios experimentales que fueron soluciones racionalistas muy influenciadas por la Bauhaus para erradicar el chabolismo a pesar de la contradicción que suponían con la ideología del régimen franquista. Los poblados de Caño Roto, Fuencarral, Almendrales o Entrevías son casos muy estudiados y realmente vanguardistas para su época. A su vez, merece la pena pasear por las diferentes parcelas que componían el gran San Blas, cada una supone una forma de planificar la ciudad desde el Estado y nos sugieren formas muy distintas de entender el urbanismo pese a la precariedad de los proyectos.  

Uppers