La chica le dijo que no, pero como 'el Nota aguanta' simplemente respondió "Oh, ok" y siguió con su camino. Lo bueno es que "aquella chica guapísima" que había fascinado a Jeff Bridges en el rodaje de 'Vidas sin barrera' (1975), también le dijo: "Bueno, es un pueblo pequeño, ya nos veremos por ahí". Y así fue.

La historia de como Bridges conoció a Susan Geston, su esposa durante ya 47 años la ha contado el propio actor reiteradas veces: "Conocí a mi esposa, Susan, en 1975, mientras rodábamos 'Rancho Deluxe' ('Vidas sin barrera') en Montana. Estábamos rodando una escena en el jacuzzi de un lugar llamado Chico Hot Springs cuando vi a esta chica. No podía apartar la mirada de ella. No solo era preciosa, sino que tenía los dos ojos morados y la nariz rota recientemente (debido a un accidente de coche, como supe más tarde). Había algo en su belleza y desfiguración que me cautivaba. Cada vez que la miraba de reojo, me pillaba. Después del trabajo, me armé de valor para preguntarle: "¿Te gustaría salir conmigo?". Dijo que no. Le volví a preguntar y me dijo: "No, es un pueblo pequeño; tal vez nos encontremos más tarde". Esas palabras resultaron ser proféticas y una noche en el pueblo bailamos y me enamoré". Esto es de su libro 'El Nota y el Maestro Zen' (2013)

Lo que revelaría años más tarde es que unos quince años después de ese primer encuentro, cuando ya llevaban unos diez años de casados, el actor recibiría una carta de un maquillador que había trabajado en 'Vidas sin barrera', en ella le contaba que había estado revisando sus archivos y había encontrado un par de fotos del actor hablando con "una chica del lugar", mismas que le hacía llegar en el mismo sobre.

Para sorpresa del actor se trataba de una instantánea del momento preciso en el que estaba hablando por primera vez con Susan. "¿Quién podría imaginar que podía haber quedado registrado ese momento?", se pregunta el propio Bridges. Desde entonces, dice, lleva la foto siempre en su cartera y "es mi bien más preciado".

"Ya estaba perdidamente enamorado antes de encontrarla en ese bar. Estaba perdidamente enamorado la primera vez que la vi", dice el 'Nota' casi medio siglo después. Ahora, lo de casarse ya era otra cosa. Le tomó algunos años decidirse a perder su libertad, ha dicho en una entrevista con Off Camera. "Sentía vértigo solo de pensarlo -dice-, pero un día, cuando llevábamos unos tres años viviendo juntos, fuimos a dar un paseo por la playa y sentí como una voz que salía dentro de mí y me decía que tenía que casarme. Poco después de lo propuse".

Medio siglo después, 'el Nota aguanta'.