Soleado, el nuevo proyecto de Juanma (Vetusta Morla): “Todo surgió de llevar a la electrónica ‘Ay, pena, penita, pena"
El músico y la cantante Ester Rodríguez han formado este dúo cuyo primer disco, ‘Los amores perros’, se acerca más a la copla que al sonido indie.
“Seguimos haciendo canciones de pop y utilizamos la música tradicional como una manera de actualizarlo, no al revés”, explica el guitarrista.
Según Ester Rodríguez, “para avanzar y hacer vanguardia, necesitas romper con lo anterior. Y quizá hemos roTto demasiado”.
El pasado junio hablábamos en Uppers de la despedida transitoria de Vetusta Morla. Durante un tiempo, cada componente seguiría su propio rumbo en la música. Apenas cinco meses después, Juanma Latorre, uno de los guitarristas de la banda madrileña, reaparece con un proyecto llamado Soleado, junto a la cantante Ester Rodríguez, que sorprenderá a muchos oyentes ya que está más cerca del folclore tradicional que del indie; o, por decirlo de otro modo, su primer disco, Los amores perros, parece más alineado con Carlos Cano que con Vetusta Morla.
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Relativamente: su grupo de siempre publicó en 2021 Cable a tierra, un álbum que dejaba entrever las raíces folclóricas que toda una generación de españoles lleva dentro. “Si no hubiera existido ese disco, posiblemente la gente habría pensado: ‘A este tío se le ha ido la pinza”, dice Juanma Latorre, de 47 años. Ester Rodríguez prefiere no poner etiquetas a la música del dúo: “Nos estaríamos haciendo un flaco favor. Igual mañana estamos tocando otra cosa, o la misma”.
No tratan de modernizar la música tradicional española, tarea harto complicada, sino más bien de darle una vuelta al pop y el rock actuales. “Seguimos haciendo canciones de pop y utilizamos la música tradicional como una manera de actualizarlo, no al revés”, explica Latorre. “De alguna manera, el pop y el rock son nuestras músicas tradicionales, y acercarlas al folclore es una manera de revitarlizarlas con otros matices e instrumentos. Nos permite refrescar nuestra forma de escribir. Renovar el folclore es muy complicado y peliagudo: pasas por caminos muy peligrosos”. O, como indica ella: “Hay un olvido en el pop de la música de raíz. Pero no somos folcloristas”.
Una amistad del siglo pasado
Latorre y Rodríguez se conocieron hace más de veinte años. Con sus grupos respectivos (Ester ha formado parte de Amigos Imaginarios, Pájaro Sunrise o Coffee & Wine) habían tropezado en muchas ocasiones. Previamente habían trabajado juntos en la banda sonora de la película Teresa, de Paula Ortiz (2023). Pero fue el disco en solitario de la cantante y compositora, Café de Chinitas (2022), el que sirvió de punto de partida a esta aventura conjunta.
“En aquel disco Ester reinterpretaba copla —recuerda Juanma— y un amigo común nos propuso que hiciéramos remezclas. Llevamos a la electrónica ‘Ay, pena, penita, pena’ y nos dimos cuenta de que había una mina donde picar. Hemos trabajado en este disco tres años, muy poco a poco”. Aquella remezcla de “Ay, pena, penita, pena” se incluye dentro de Los amores perros, “porque fue el inicio del camino como Soleado”, explica Ester.
El flechazo de Ester Rodríguez con la música tradicional viene de lejos; no así en el caso de Juanma, que la ha descubierto más recientemente. “A mi madre le gustaba mucho Carlos Cano y lo escuchábamos bastante en el coche”, evoca el guitarrista. “Aparte de eso, había muy poca cosa en mi casa. Aunque algo de relación sí tengo con la música popular. Soy de Elche, y allí se llevan mucho las habaneras… En cualquier caso, fue un epidérmica la relación. Pero cuando la he descubierto, me he tirado de cabeza a esa piscina”.
Así ha sido. Desde que sucumbió a los encantos del folclore, Juanma Latorre ha inundado su casa, su estudio y el local de ensayo de Vetusta Morla de instrumentos tradicionales que ha ido comprando. “El guitarro, una guitarra pequeña, lo compré a un lutier de Cuenta; ya tenía uno, que me regalaron mis compañeros de Vetusta cuando empecé a flipar con todo esto. Tengo cuatro, siempre por casa, porque son muy manejables: mitad instrumento, mitad persona. Tengo varios panderos cuadrados, cuyo sonido puede asemejarse al de la batería; varios cajones flamencos, alguna mandolina, charangos, una guitarra de cuatro cuerdas que no sé ni cómo se llama… Es la micra del iceberg de lo que me gustaría aprender a tocar”.
Para llegar a este nuevo sonido, Juanma Latorre no ha tenido en cuenta las diferencias o semejanzas con el de su grupo, Vetusta Morla. “Alguna vez ha podido asomar la idea de que si hacía algo demasiado parecido la gente iba a criticarme y si era demasiado distinto, se iba a quedar loca, pero trato de desecharla, porque no ayuda nada en el proceso artístico. Cuando Vetusta definió su sonido, lo que nos llevó muchos años, no pensamos en esas cosas y salió bien. La mejor manera es configurar una identidad siendo ajeno a ese tipo de consideraciones, porque más libre vas a ser. La gente va a opinar igual”.
Un rechazo superado al folclore
De un tiempo a esta parte ha emergido una nueva generación de folcloristas que recuperan y ponen al día las músicas del pasado. Pero no cabe duda de que el folclore ha estado denostado muchos años. “Para nuestra generación —dice Juanma— han pesado las connotaciones políticas que tuvo. El franquismo lo instauró como una versión caricaturesca. Han tenido que pasar unas cuantas décadas para que ese tufillo se deje de percibir”. Apostilla Ester: “Para avanzar y hacer vanguardia, necesitas romper con lo anterior. Y quizá hemos roto demasiado. Está fenomenal echar la vista atrás y retomar, porque si ha estado ahí es que ha formado parte de ti. Hay un lugar cálido en el que resuena algo tuyo”.
No parece la clase de disco que pueda gozar de un éxito masivo. “Igual piensas que a un chaval le puede interesar más el trap y nada más lejos de la realidad. Estamos abiertos a que llegue a cuanta más gente mejor”, dice Ester. “Si Soleado no llega a gente joven quizá sea más por nuestra edad e imagen que por el estilo musical”, opina Juanma. Pero ¿qué ocurriría si este proyecto triunfa? ¿Abandonaría Vetusta Morla? “Hay tiempo para todo. Muy gordo tendría que ser el éxito… Ya veríamos en ese caso. Si Vetusta, que ha tenido un éxito más allá de las previsiones más optimistas, me ha dejado tiempo para hacer otras cosas, seguro que habría tiempo para compatibilizar. Hoy los artistas necesitamos tener diversas experiencias, lo que trae otros aprendizajes que pueden volcarse en el grupo”.
Con todo, apuestan por Soleado como un dúo de largo recorrido y no una asociación puntual. “Este camino estético es un pozo sin fondo. La cantidad de recursos que da el folclore es inagotable. Si no se te ocurre otra cosa que te apetezca más, puedes estar toda la vida. Cada día descubres un instrumento nuevo, un palo nuevo, un tipo de canción, una manera de escribir…”, afirma él. “Luego está la tradición lingüística, y le hemos dado una vuelta a las letras desde ese punto de vista. Nos peleamos por decir las cosas de una manera distinta, con expresiones que están en nuestro día a día”, indica Ester.
De momento tienen prevista una presentación en directo el 12 de diciembre en la sala Galileo de Madrid, lo que sugiere un regreso de Juanma Latorre a los pequeños garitos después de abarrotar enormes recintos con Vetusta Morla. “Las salas modestas son muy agradecidas, son nuestro hogar. Me siento muy afortunado porque Vetusta haya llegado a grandes estadios, pero pertenecemos a esas salas pequeñas”.