España es un país libresco, a juzgar por las cifras de publicación, venta y distribución de nuevos títulos que conocemos siempre en el cierre de año. Según dados del Ministerio de Cultura y Deporte, cada día se publican 250 libros nuevos; una media veloz de 10 cada hora.
En esta época, el corazón y el cerebro andan hambrientos de listas que pacifiquen el FOMO lector: las mejores novelas para regalar, los mejores ensayos, los libros ‘ que hay que leer’ si no queremos quedarnos fuera del zeitgeist cultural (o de la charla de sobremesa que nunca bucea más allá de las grandes apuestas comerciales). Crecen como setas los clásicos recopilatorios de recomendaciones, y en los rankings se dirime qué leer y qué olvidar rápidamente para pasar a la siguiente novedad.
Con esta cantidad de opciones, resulta difícil elegir entre la tonelada de novedades que llenan las librerías, sobre todo si estamos pensando en regalar alguno de estos títulos y no tenemos claro cuál debemos elegir para acertar de pleno. Hay quien toma la opción más sencilla: los libros más vendidos.
Este título proclive al equívoco esconde una de las grandes apuestas en novela romántica. Chick lit de calidad, o lo que es lo mismo: café para los muy cafeteros. La autora superventas trae de vuelta algunos de sus rasgos más conocidos: comedia romántica sofisticada y tensión sexual en aumento para poner al lector al borde del colapso cardiaco. La trama: un director de cine viudo que promete no volver a enamorarse al que los railes del amor le descarrilan cuando conoce a una especialista en cine de acción llamada Andrea Madoc.
El académico y superventas regresa a las librerías con un homenaje a la narrativa de detectives más clásica: puro whodunit y resolución de caso imposible basada en la deducción y el juego continuo con las expectativas del lector. Hay ecos evidentes de Conan Doyle, Agatha Christie, Roger Acroyd y muchos de los grandes autores que hicieron grande la literatura de quién es el asesino. En el paisaje, una isla pacífica, una turista muerta en extrañas circunstancias y un actor metido a detective improvisado que tendrá que agudizar todo su ingenio para encontrar al culpable.
El autor, uno de los más vendidos en lengua española, vuelve a demostrar que conoce los resortes de la narración comercial al milímetro. En esta ocasión, recupera al personaje de Aura Ruiz para procurarle a los lectores el mismo goce sin adulterar que ya les causó con Reina Roja y Todo Arde. Un thriller de prosa rápida y sencilla que engancha.
El autor malagueño confecciona un thriller tenso como un cuchillo recién afilado que ha encantado a sus lectores fieles, que ya se cuentan por millones. La premisa promete ese page turner adictivo tan característico del autor: la protagonista, recién operada del corazón, recibe una oferta misteriosa para visitar el pueblo donde vive su donante. "Cora se adentra así en un hogar lleno de secretos, en un misterio que se extiende durante veinte años y en un pueblo hermético en el que, justo el día de su llegada, desaparece un bebé en un parque público", cuenta la sinopsis de la editorial.
Los amantes de la novela histórica están de enhorabuena, sobre todo si viene de parte de una de las autoras superventas que más lectores fieles acumula en todo el mundo. La trama nos llevará de la Viena de 1938 a la Arizona del presente, en una narración que aglutina temas como la migración, el nazismo, el exilio, la violencia intrafamiliar o los escenarios políticos convulsos en la Europa del siglo XX. La sinopsis de la editorial dice así: "En El viento conoce mi nombre, Samuel y Anita se encuentran a tiempo para salvarse mutuamente, pasado y presente se entrelazan para relatar el drama del desarraigo y la redención de la solidaridad, la compasión y el amor."
Si algo funciona y tiene éxito, ¿para qué romper la fórmula? Esta parece ser la premisa de la obra de Hazelwood, quien ya publicó anteriormente La hipótesis del amor y La química del amor. En esta ocasión, dos físicos enemigos acaban enredando sus protones, fotones y partículas en un ambiente académico cada vez más tenso. Este tema clásico de la comedia romántica siempre funciona para atraer a los lectores: dos enemigos íntimos obligados a entenderse.