Los easter eggs o huevos de Pascua se esconden en muchos países para que los encuentren los niños y celebrar la Pascua cristiana o distintos festejos paganos. Los directores de cine han hecho suyo el concepto para plasmarlo en sus creaciones proponiendo a los cinéfilos una especie de juego del escondite. En Uppers nos preguntamos qué son los easter eggs para ellos y qué pretenden transmitir, con lo que también hemos recopilado algunas de las películas famosas por sus easter eggs a modo de ejemplo.

Una tras otra los directores de cine esconden estos guiños a sus películas anteriores o a las de aquellos a los que consideran sus maestros. Son los eastes eggs camuflados entre planos, decorados y escenarios a la espera de ser descubiertos por los espectadores como un aliciente más para sentarse a ver cada nuevo largometraje con los cinco sentidos desplegados.

Como sucede en muchas tradiciones la costumbre de esconder huevos de Pascua entrelaza los lazos entre la religión cristiana y las tradiciones paganas. El domingo de Pascua, que pone fin a la Semana Santa, se conmemora la resurrección de Jesucristo, pasados tres días de su crucifixión. Durante la Cuaresma y hasta el citado domingo los cristianos hacían abstinencia de modo que guardaban en sus despensas muchos alimentos como los huevos que se les iban acumulando pues las gallinas ponedoras seguían con su tarea.

Con el fin de que no se estropearan se bañaban con una fina capa de cera y si eran demasiados se regalaban a los vecinos. Así en la cultura cristiana comenzó la costumbre de dar huevos de Pascua a familiares y conocidos e incluso se empezaron a decorar y a esconder para que los encontraran los niños.

En otras culturas de costumbres paganas el huevo simboliza la fertilidad al igual que la esperanza y el inicio del ciclo de una nueva vida. De ese modo, en otros países europeos, y mucho más adelante en América, al inicio de la primavera, coincidiendo con la Pascua cristiana, se empezaron a esconder huevos decorados con la finalidad de que los más pequeños los localizaran a modo de premio. Del mismo modo ya se preparaban de azúcar y de chocolate.

Se cree que una de las primeras personas que sin quererlo hizo suyo el concepto de easter egg para trasladarlo a la ficción fue un desarrollador de juegos electrónicos. En 1979 Warren Robinett creó el Adventure para la consola Atari 2600. Quería dejar constancia de que él era el autor original porque sabía que la compañía mantendría su nombre en el anonimato. Consiguió su objetivo ya que un jugador descubrió el mensaje oculto que lo identificaba. Después, Steve Wright, el director de software de Atari, lo designó como un easter egg y sugirió que los videojuegos deberían incluirlos como un plus para entretener aún más a los jugadores.

La costumbre empezó en el mundo de los videojuegos y enseguida se trasladó a otros sectores y por supuesto al cine. Los creadores de historias iban incluyendo disimuladamente detalles y referencias sobre sí mismos para demostrar que el trabajo lo habían hecho ellos y como prueba irrefutable ante posibles copias. Otra de sus intenciones podía ser rendir homenaje a sus ídolos o maestros o para rememorar otros trabajos. Del mismo modo se convirtió en una estrategia de marketing para generar expectación entre los seguidores.

Hay muchos directores de cine que tienen la costumbre de incluir easter eggs en sus trabajos. De todos ellos, estas podrían ser las cinco películas míticas por sus easter eggs:

Francis Ford Coppola dirigió las tres películas que componen la saga de El Padrino y que se estrenaron sucesivamente en 1972, 1974 y 1990. Las tres cintas pasaron a formar parte de la historia del cine junto con sus protagonistas Marlon Brando, interpretando a Vito Corleone, y Al Pacino, como su hijo Michael. En ciertas escenas siempre aparecen naranjas, ya sea en un frutero sobre una mesa o en la mano de los actores. Dicen que se muestran como presagio de que va a morir alguien. Sin embargo, el director artístico de la saga desveló que tan solo introducía esta fruta para romper el tono apagado de colores que distingue cada secuencia. 

Wes Craven, guionista, novelista y director de cine, es considerado un maestro del terror. Una de sus sagas más famosas es Scream, con seis películas y una serie de televisión. En la primera cinta de 1996 hace un cameo Linda Blair en el papel de periodista que entrevista a un policía. En 1973, siendo una niña de 13 años, protagonizó la mítica película El exorcista dirigida por William Friedkin y que lleva a la gran pantalla una novela de William Peter Blatty. Supuestamente, está inspirada en un exorcismo real que tuvo lugar en Washington en 1949. Ese trabajo fue casi el único reseñable de la carrera de Linda Blair y por eso Craven contó con ella en Scream. Su intención era hacerla un homenaje.

Steven Spielberg dirigió a Harrison Ford en la famosa cinta En busca del arca perdida en 1981. En una de las secuencias, Indiana Jones se encuentra en una sala en cuyas paredes aparecen distintos jeroglíficos. Uno de ellos representa a R2-D2 junto a C3PO, los inseparables robots de Star Wars. El director George Lucas había estrenado la primera de las películas en 1977 contando entre el elenco de protagonistas con Harrison Ford en el papel de Hand Solo.

Pixar presentó su exitosa película de animación infantil Toy Story en 1995 bajo la dirección de John Lasseter. En este caso hay que prestar atención al dibujo de la moqueta que cubre el suelo de una de las estancias de la casa donde se desarrolla la acción. Sus formas geométricas son exactamente las mismas que las del pasillo enmoquetado por donde avanza pedaleando con su triciclo Danny, el niño que protagoniza la terrorífica cinta de El Resplandor. Con este mensaje encubierto, desde Pixar quisieron homenajear a la citada película que el director Stanley Kubrick estrenó en 1980.

En 2003 el director Quentin Tarantino estrena en la gran pantalla la película Kill Bill que protagoniza Uma Thurman. En realidad, la historia ya debía estar rondando por la cabeza del director años antes. Prueba de ello es que en su famoso largometraje Pulp Fiction de 1994, la misma Uma Thurman, en el papel de Mia, le cuenta a Vincent el argumento de un piloto de una serie que ha rodado. Ese argumento es el mismo de Kill Bill. Ella le explica que el capítulo cuenta la historia de una chica rubia (Elle Drive), la mujer más letal del mundo manejando una catana y que dirige una banda. El grupo lo componen una japonesa experta en kung fu (O-Ren Ishii), una chica negra experta en demoliciones (Vernita Green) y una francesa especialista en sexo (Sofie).