Françoise Hardy cumplirá 80 años el próximo 17 de enero. Y su único deseo de cara a este cambio de década es, en palabras textuales, morir "pronto y de forma rápida". Con esta crudeza se lo ha expresado a Paris Match, revista para la que la icónica actriz y cantante francesa ha concedido una extensa entrevista en la que asume que sus planes de futuro son nulos desde que en 2004 le diagnosticasen un cáncer linfático con el que sigue conviviendo a día de hoy.
Ahora que están a punto de pasar veinte años desde que le detectaron un tumor en la garganta, la voz de temas tan famosos como 'Comment te dire adieu' califica su situación de "pesadilla". De ahí que cuando se enfrenta a la manida pregunta de qué proyectos tienes en mente, su respuesta sea "marcharme a la otra dimensión lo más pronto, lo más rápido y lo menos dolorosamente posible".
Un fallecimiento "sin grandes sufrimientos", como de repente sentir "la imposibilidad de respirar", que solo podrá conseguir a través de la eutanasia. Françoise Hardy es uno de los rostros populares que se han erigido defensores de su aprobación desde que Emmanuel Macron puso el tema sobre la mesa. El primer ministro francés prometió en abril de este año que pondría en marcha un proyecto de ley a finales de verano que nunca ha llegado a desarrollarse "por presiones religiosas".
Ahora que parece que el plan se presentará en febrero del año que viene, la artista ha decidido que su testimonio puede ser útil para que el Gobierno de su país deje de postergar este avance social. "Desde mis últimas y recientes radioterapias me encuentro mal porque mi ojo derecho ve todo muy borroso y es doloroso. La boca y la parte trasera de la garganta están aún más secas. Es una pesadilla", ha explicado.
Esta visión "deteriorada" le impide leer o ver "una buena película" en la televisión, que hasta hace unos meses era "la mejor manera de desconectar" para ella. Al no existir posibilidad de mejoría, su única forma de digerir su nueva realidad es eutanasia. En estos momentos, Francia lo único que permite es que ciertos pacientes que se considere que viven "en agonía" abandonen la medicación y pasen a cuidados paliativos.
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