Nicki Minaj reconoce ser "adicta" al Percocet, un potente medicamento contra el dolor menstrual
El Percocet u Oxicodona es un opioide para aliviar el dolor intenso
La cantante tomó conciencia de su problema: "Tomé decisiones"
Matthew Perry y su adicción temprana al alcohol y a los opiáceos
La trágica muerte de Matthew Perry y su historial de adicciones "al alcohol y las pastillas" ha destapado otros casos de adicción entre los famosos de la industria americana. Ahora, ha sido la cantante Nicki Minaj la que ha reconocido en la revista Vogue "tener un problema con un medicamento" que, a priori, parecía inofensivo. Fue un médico profesional quien, para aliviar sus dolores menstruales, le recetó Percocet, un potente opioide que, por cierto, aparece con nombre propio o como "5-12" en algunas letras del trap y el reguetón; pero nadie le advirtió de sus efectos:
“Nadie me dijo que esto era un narcótico y que era adictivo. Por suerte pude conectarme a tierra. Pero una vez adicto, siempre adicto. Siento que, si alguna vez has experimentado adicción a algo, como yo, siempre tienes que pensar dos y tres veces sobre las decisiones que tomas”, ha declarado la autora de Anaconda en la popular revista, tras cometer el error de seguir tomando el medicamento una vez que ya había superado sus molestias de ciclo.
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"Soy igual que mi padre"
El Percocet u Oxicodona es un fármaco de la familia de los opioides que se vende o se receta bajo las marcas Roxicodona y OxyContin y se utiliza para el tratamiento del dolor moderado a intenso. Es altamente adictivo, pues el alivio del dolor comienza a notarse tan sólo 15 minutos después de su ingesta y dura hasta seis horas con la fórmula de liberación inmediata. Al igual que los parches de fentanilo, recetados comúnmente a pacientes con cáncer o a supervivientes de accidentes de tráfico, puede desencadenar un problema mayor que aquel por el que fue recetado.
La potencia del medicamento generó "mono" en la artista y, al experimentar esa imparable sensación, se dio cuenta que era "igual que su padre". Entendió que las personas que sufren una adicción, "no hacen daño a su familia por gusto", sino porque verdaderamente sufren un descontrol mental que se apodera de su conducta: "Su adicción a las drogas le llevaba a robar los videojuegos de sus hijos para venderlos y conseguir dinero. Ahora me doy cuenta de que la gente como él no toma decisiones porque quiera herir a su familia. Ellos también son víctimas”.