"Hay un tiempo para destruir y un tiempo para construir; un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto y un tiempo para bailar" (Eclesiastés 3: 1-8). La cita bíblica resuelve el dilema de la película 'Footloose' en cuatro versículos: Dios quiere que bailemos. Sino que le pregunten a Juan Luis Guerra cuyo álbum de 2004 'Para tí' obtuvo el Grammy en las categorías Mejor Álbum Cristiano (sí, eso existe) y Mejor Álbum Tropical y a sus 66 tacos sigue poniendo a gozar a la multitud. O a Kanye West, que tras ver la luz creó la Academia Donda, centro de formación cristiana para futuras estrellas, magnates y líderes del mundo. Que West no haya leído un libro en su vida, según propia confesión, tampoco es obstáculo para difundir la palabra.

¿Dios puede vivir en el pop? Según el propio Paul McCartney, cuya espiritualidad está más ligada a lo ecológico que a lo religioso, es difícil de explicar cómo ese 'montón de frecuencias' que llamamos música puede tocarte el alma: no tiene explicación alguna. Él lo llama magia pero tú puedes llamarlo Dios. Y al parecer, el pop cristiano está viviendo un auge, lejos de las bizarradas a lo Flos Mariae, más mesurado, menos evidente tal vez, más cool, pero cristiano al fin. Más acorde con una espiritualidad juvenil que, en nuestro país, suele estar asociada a una religión, el catolicismo, pero que en el resto del mundo se vincula sobre todo con las religiones llamadas evangélicas.

A pesar de la creciente secularización del país, todavía la mitad de los jóvenes entre 18 y 25 años se considera 'creyente' según datos del CIS. Es en ese contexto que un artista gallego de 21 años llamado Íñigo Quintero ha logrado posicionar su canción 'Si no estás' como una de las más populares del mundo, con 50 millones de visualizaciones en youtube y 286 millones de escuchas en Spotify. ¿Por qué? Según explica Jordi Pérez Colomé en una Newsletter de Tecnología de El País "la respuesta más probable está cerca del cristianismo".

Pérez Colomé cuenta así la intrahistoria de la viralización del tema: "El 9 de febrero el canal de YouTube '10 minutos con Jesús' publicó un vídeo titulado Si no estás. Así empieza el vídeo: “Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí que me ves que me oyes, te adoro con profunda reverencia, te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer este rato de oración”. Justo después el locutor pide que el “ángel de la guarda” interceda y añade: “Escucha el comienzo de esta canción”. Y suena 'Si no estás', de Iñigo Quintero. En ese vídeo-oración explican que “Quiero verte, verte, verte”, el último verso de la canción de Quintero, coincide con un salmo de Teresa de Calcuta. Ese vídeo lo vieron 22.000 personas.'10 minutos con Jesús' tiene su propia app y se comparte por WhatsApp y otras plataformas. Su audiencia real fue mucho mayor. La mayoría de sacerdotes que graban las oraciones virtuales de '10 minutos con Jesús' son del Opus Dei, dice aquí uno de sus impulsores. Y añade que la idea detrás de '10 minutos con Jesús' procede casualmente de una “madre de familia numerosa” de un colegio de Fomento de A Coruña, la misma institución religiosa y ciudad donde estudió Iñigo Quintero." Fin de la cita.

Ha llovido mucho ya desde que las madres españolas repetían a sus hijos aquello del 'equis, uve, palito' para enseñarles a cantar loas a Benedicto XVI, pero si te decimos que un grupo cristiano llamado Hakuna Group Music ha llenado el Wizing Center -15,500 entradas- en solo unas horas para un concierto en enero, ahí la cosa cambia. Hay voces que ya no claman en el desierto.

¿Es nueva esta espiritualidad juvenil? No realmente, y de George Harrison a Taylor Swift son muchos los artistas que se consideran 'espirituales' en mayor o menor medida. Sin embargo, si lo es el contacto de la religión (o las organizaciones religiosas) con 'lo viral', y esa si es una nueva manera de difundir la fe: tik toks, videos de instagram, autotune, pop en suma, que hoy es capitalizado para que los jóvenes le den like a Jesús y se cuenten entre sus, nunca mejor dicho, seguidores.

Por todos lados se repite la idea de que 'Jesús fue el primer influencer'. Y no sabemos si esa afirmación tendrá mucho de histórica, pero lo cierto es que la 'marca' está viviendo una 'actualización' constante.