Todos y todas los hemos usado alguna vez. Su simplicidad y su impacto directo hacen de ellos un elemento que nos ayuda a expresarnos de manera clara y concisa. Muchas veces, incluso mejor que explicándolos con palabras. Sí, hablamos de los memes, esos objetos culturales que en la era de internet están teniendo un gran impacto en nuestras vidas. Tanto es así que las grandes marcas y políticos invierten grandes cantidades de dinero por hacerse con uno suyo. En Yasss hemos hablado con Álvaro L. Pajares, especialista en social media, quien ha coordinado el libro Memeceno. La era del meme en internet, para intentar desentrañarlos.
Lo primero de todo, ¿qué es exactamente un meme?
Un meme es un objeto cultural cuya principal característica es su capacidad para replicarse y evolucionar con cada cambio. El concepto fue creado por Richard Dawkins, un biólogo evolutivo firme creyente de Darwin. Él ideó este concepto como un análogo del concepto de gen. Para él, la cultura, al igual que lo hacían las características genéticas, evolucionan con la ley del más fuerte.
De manera que cualquier objeto cultural que pervivía en el tiempo es porque se había ido repitiendo y repitiendo hasta la saciedad hasta hacerse viral. Un concepto que se usa tanto ahora. Para él, cualquier representación de la cultura, desde la moda, el humor o la música, todos eran dignos de ser memes. En su libro ‘El gen egoísta’, habla de los vaqueros y de grafitis, por ejemplo.
¿Por qué han triunfado tanto en los últimos años?
Esta razón es compleja de explicar. Pero hay una fecha que nos puede ayudar a entender el impacto y que también ha servido para arrastrar esa cultura pop al mundo real. De manera que muchos políticos y músicos se han valido de ella para hacer llegar su mensaje a un público más joven. Esa fecha clave es 2016. La cultura del meme ya era muy rica antes, pero en ese momento se hizo visible o alcanzó una repercusión mucho más grande debido al impacto que tuvo en las elecciones americanas de ese año.
En ese momento, la derecha alternativa de internet fue muy importante para la victoria de Donald Trump. No solo por los memes, sino también por sus iniciativas y acciones para desestabilizar a los demócratas. El meme de Pepe de Frog saltó a escena en la campaña debido a un tweet de Donald Trump. A raíz de eso, todo cobró una nueva dimensión y tanto los propios políticos como la crítica cultural empezaron a mirar a los memes de una manera diferente a como se estaba haciendo hasta la fecha.
Es algo que ha cambiado mucho a lo largo de los años. ¿Se han vuelto más amargos con el tiempo?
Los memes siempre fueron irónicos o tenían una relación cercana con ellos. Esto se debe a que funcionan a través de un sistema antagónico, de opuestos, de manera que su sintaxis nos hace tomar parte por una de las dos opciones. Respecto al momento en el que se empezaron a volver más amargos, no creo que se deba a que fueran genuinos y puros antes de la ironía. Tampoco creo que sea un fracaso en sí de la cultura del meme. En todo caso es un fracaso de la cultura de internet.
¿En qué sentido?
Cuando en el libro hablo de esto, me refiero a que los memes representan el fracaso a imaginar un internet diferente. En el momento en el que las grandes marcas utilizan los memes, que son un formato por excelencia de redes sociales como Facebook o Twitter, lo que eso nos muestra no es un fracaso de la cultura del meme, ya que esta nunca tuvo la potencia de cambiar internet. Hay que tener en cuenta que los memes son solo una forma de expresión artística. A lo que me refiero es que es el fracaso de otras potencias relacionadas con internet y de otras muchas formas de imaginar internet de forma comunitaria que no funcionaron.
Además de las marcas, también es usado por los políticos. Un ejemplo claro es el meme de Perro Sanxe con el que la ultraderecha ha intentado desmontar a Pedro Sánchez.
Exacto. Hay una nueva ola de ultraderecha que ha tomado unas tesis muy claras. En ellas hablan de dictadura progre, de un lobby feminista y LGTBIQ+… todo esto se engloba dentro del sanchismo. Y lo que hemos visto en internet son toda una serie de memes que no intentan desmontar eso, sino parodiarlo. Reírse de ello. El meme tiene mucho más que ver con parodiar o burlarse que de construir una crítica. O incluso desarmar al rival.
Para bien o para mal, eso es lo que vemos en gran medida en el debate de las redes sociales. El meme es una forma de expresión que muchas veces no necesita imágenes: con una sola frase ya tenemos un meme. Como el ejemplo de ‘Soy yo literal’ o ‘Que te vote Txapote’. Este último se usa tanto de manera seria para la gente que le sigue, como de broma para los que quieren hacer un meme con ella.