Desde que George Lucas iniciara la saga de Star Wars en 1977, la franquicia siempre se ha caracterizado por buscar protagonistas jóvenes y desconocidos. El propio Lucas era siempre contrario a utilizar rostros conocidos porque consideraba que su creación merecía una mirada fresca de los espectadores. Sin embargo, ya en esa primera cinta se podían ver al menos dos rostros legendarios del cine en papeles importantes: nos referimos al gran Peter Cushing, como el Gran Moff Tarkin y, por supuesto, a Alec Guinness como el Obi Wan Kenobi original.

También más recientemente, la Lucas Film se ha abierto a incorporar rostros conocidos como protagónicos de sus múltiples productos. Es el caso de la propia Rosario Dawson, la nueva Ahsoka Tano, que era ya un rostro muy conocido en el cine cuando aterrizó en la saga en algunos capítulos del 'Mandalorian'. Y aunque su incorporación fue prácticamente un fan service, la propia actriz nunca ocultó que estaría más que complacida de interpretar el personaje y se encargó de repetirlo en muchas entrevistas, hasta que lo obtuvo. Un acierto, a todas luces, porque este mismo miércoles se entrena Ahsoka, su propia serie, que ya ha tenido excelentes críticas por parte de los periodistas que han visto los primeros capítulos.

Existe toda una leyenda en Hollywood acerca de que Sir Alec Guinness 'odiaba' la película por la que, mal que le pesara, iba a ser recordado por más personas en el mundo. Hay sustento para ello: actor veterano y de carácter, Guinness escribió en su diario que "se encogía por dentro cada vez que alguien le mencionaba la cinta" y declaró en alguna entrevista que una vez le había rogado a un niño (fan) que no perdiera el tiempo viendo ese tipo de cosas y que esperaba que cuando fuera mayor dejara de vivir "en un mundo de fantasía de banalidades infantiles de segunda mano”. Auch.

El bueno de Sir Alec, sin embargo, matizó también sus opiniones muchas veces. Y afirmó en reiteradas ocasiones que aunque tuviera sus más y sus menos con los diálogos, nunca dejó de creer en un proyecto que siempre consideró un 'soplo de aire fresco' y 'encantadoramente inocente'. Tal vez influyó que Lucas le diera el 2,25% de los beneficios de la cinta.

Se entiende el recelo de Guinness en los albores de la franquicia, pero mucho tiempo ha pasado desde aquello y ahora son más bien las estrellas veteranas las que a veces han hecho lo imposible por estar en Star Wars. Samuel L. Jackson era tan fan de la saga que podía haber hecho de cualquier bicho, o de Storm Trooper. No fue necesario, ya que Lucas le propuso el papel de Mace Windu, el mítico miembro del Consejo Jedi, y hasta le dio un sable láser único en su género: de luz morada.

Mace Windu moría en el Episodio III de la franquicia, pero Jackson es tan fan que en más de una ocasión ha dicho que querría repetir su papel ya que se sabe que los Jedi pueden sobrevivir a caídas desde gran altura, aunque le hayan cortado los brazos.

Otros actores consagrados, como el veterano Nick Nolte, accedió incluso a poner la voz de un personaje animado en 'The Mandalorian' y en la misma saga, el aclamado director alemán Werner Herzog hace un papel recurrente... a pesar de no haber visto ni una sola de las películas de Star Wars: "En realidad no veo películas -dice- solo unas dos o tres al año. Yo leo".

Otros rostros muy conocidos que se incorporaran a Star Wars siendo ya estrellas son Liam Neeson (Qui-Gon Jinn), Mads Mikkelsen (Galen Erso) o el legendario Max Von Sydow, quien declaró que le aburrían casi todos los guiones que le enviaban en los que era un padre o abuelo que moría y que el guión de Star Wars le pareció más divertido. "De acuerdo, mi personaje también muere, pero no por viejo, sino porque está en medio de una revolución", aseguró. Fue uno de sus últimos papeles.