El Juli reaparece, y con éxito, tras el anuncio de su retirada

Es el último paseíllo en una plaza, una de ellas, que ha marcado sus 25 años de torero. A sus 40, cierra una etapa. “Mucha presión, mucha responsabilidad encima”, nos cuenta Julián López, que ha atendido a Informativos Telecinco antes de esta tarde especial para él. “Al final, todo tiene un principio y un final y necesitaba romper con todo lo que significa mi nombre, mi situación y mi posición”.

Aunque se resiste a hablar de retirada: “La palabra ‘retirada’ hipoteca el no volver a torear nunca más”, sentencia. Se va como quería, en lo alto, y satisfecho por sentir que deja un legado. “Yo he intentado aportar a la tauromaquia mi entrega, mi autenticidad y mi verdad”, afirma el diestro madrileño. Los aficionados, coinciden. Y le dedican mensajes como que es un chaval que lo ha dado todo, que se arriesga, que da gusto ver torear porque da una clase a los aficionados, que encarna unos valores muy interesantes, persona hecha a sí misma y muy responsable. Por encima de las críticas, que también le han golpeado duro, incluso en sus momentos de mayor éxito. ”Las críticas, las cornadas, los fracasos… forman parte de los logros de un torero. Yo me siento orgulloso hasta de las cosas malas, porque de todas ellas he aprendido, he salido y para mí ha sido una gran victoria”, afirma el diestro.

Una necesidad casi espiritual de transmitir y que le atará al mundo del toro por siempre. “En todo lo que pueda ayudar en el sector taurino me van a tener con total entrega y disposición, porque por encima de mi profesión o lo que yo haya significado en el toreo, lo que yo amo es la tauromaquia”, sentencia El Juli. Abierto e ilusionado a lo que el futuro le depare tras 2000 festejos lidiados y casi la mitad, casi 1000 puertas grandes.