El héroe que ha marcado las vidas de muchas generaciones se despide de nosotros. Hace ya 42 años que Harrison Ford debutó como Indiana Jones en el filme 'En busca del arca perdida', el clásico de aventuras dirigido por Steven Spielberg en 1981. Ahora llega a los cines, nada menos que a más de mil pantallas, 'El dial del destino', la quinta entrega de la saga con la que el actor dice adiós al célebre personaje que, sin duda alguna, ha marcado su carrera.
"Lo importante no es el éxito, sino haber estado ahí", declaró el intérprete recordando un consejo que recibió de Marlon Brando al comienzo de su trayectoria. El estadounidense, que no pudo contener las lágrimas al recibir la Palma de Oro de Honor en Cannes, aparca el látigo y no volverá a ponerse su característico sombrero y la cazadora.
Aprovechando el estreno cinematográfico, nos hemos acercado a los arqueólogos de carne y hueso, a los de la vida real, a quienes trabajan decenas de horas sin apenas presupuesto ni reconocimientos. Poco, o nada mejor dicho, tienen que ver con 'Indy'.
Eduardo Romero, arqueólogo y técnico de patrimonio del Ayuntamiento de Aracena, en Huelva, explica que "es un trabajo muy tedioso en algunos momentos porque tienes que estar trabajando muchas horas o estar al sol". Es decir, la aventura brilla por su ausencia.
Tampoco buscan tesoros. Arnau Lario, arqueólogo y técnico de obras de reurbanización en Las Ramblas, Barcelona, asegura que "tenemos gente con ganas de trabajar que está haciendo de peones".
Y el mayor peligro que tienen no son precisamente los nazis. El riesgo está, puntualiza Romero, en "algún insecto o algo que nos pueda picar". En las excavaciones y yacimientos hay más pico, pala y mucho laboratorio. "Se trata de reconstruir la historia y aportar todos los datos", añade Romero.
Indiana Jones ha sido una saga que, quizás, ha idealizado una profesión más bien precaria, con pocas subvenciones públicas o privadas. "No está bien remunerado. Todo el mundo que esté en este mundillo lo sabe", concluye Lario.