Hubo una época en la que un periodista deportivo ganaba 2.000 millones de las antiguas pesetas al año, mientras que el futbolista mejor pagado sobrepasaba por poco los 100 millones. Aquel locutor era José María García, el amo y señor de las noches radiofónicas en la España de los 80 y primeros 90. Un comunicador carismático y kamikaze que no dejaba a nadie indiferente, tan admirado y respetado por la mitad del país como odiado y temido por la otra mitad. Su figura vuelve a estar de actualidad gracias a la serie documental 'Supergarcía' de Movistar+, que repasa en primera persona una apasionante trayectoria profesional plagada de luces y sombras.

García cambió no solo la manera de narrar y retransmitir acontecimientos deportivos, sino la manera de entender el deporte. Inventor de adjetivos que han quedado para siempre en la memoria de una generación como ‘abrazafarolas’, ‘chupópteros’ o ‘correveidiles’, fue el primero en apostar por la noche como el espacio natural para la información deportiva, obligando a miles de feligreses a tomar la costumbre de irse a la cama con el transistor en la almohada.

Luego llegaron José Ramón de la Morena y su cuadrilla de 'El larguero', más frescos y menos solemnes, para librar una de las batallas por la audiencia más descarnadas que se recuerdan en nuestra radio, con miles de oyentes enganchados a los puyazos e insultos que se dedicaban el uno al otro cada noche.

Pero el popularmente conocido como Butanito también libró numerosas disputas contra políticos y dirigentes de un lado y de otro, hasta el punto de convertirse en una personalidad realmente incómoda para el poder. Por eso quizás cambió varias veces de casa. De la SER pasó a Antena 3 Radio, de ahí a la COPE y finalmente a Onda Cero, donde puso súbitamente punto y final a su trayectoria en 2002 sin llegar a despedirse de la audiencia.

Sin embargo, algo que permaneció inalterable durante los años que duró 'Supergarcía en la hora cero' desde que desembarcó en Antena 3 en 1982 era su sintonía. Absolutamente inolvidable para cualquiera que viviera de primera mano aquellas noches deportivas. Muchos ni siquiera sabrán que la banda sonora del Butano eran los Simple Minds. El tema se llamaba 'Lovesong' y se cortaba tras sus primeros compases, justo antes de que entrara la voz de Jim Kerr. En su lugar lo que el oyente oía era el mítico "Buenas noches y saludos cordiales" con el que García arrancaba su programa.

Lo curioso es que entre quienes ignoraban que aquellos eran Simple Minds estaba el propio García, al que es difícil imaginar escuchando new wave británica. De hecho, el tema lo eligió Martín Ferrand, periodista fundador de Antena 3 Radio, de la que se convirtió en director general y consejero de administración. El tema, incluido en el álbum “Sons and Fascination” de 1981 de los escoceses, había pegado con cierta fuerza aquel año, cuando García aún estaba en la SER, y Ferrand creyó que podía funcionar como apertura del programa para su llegada a Antena 3.

El nombre de 'Supergarcía' también fue idea de Ferrand. Se acababa de estrenar en nuestros cines 'Superman 2' y parecía buena idea equiparar al locutor con una especie de superhéroe, aunque se corría el riesgo de que se relacionara más con el Superlópez de Jan. A pesar de que a García le parecía pretencioso y no estaba muy a favor, el invento funcionó, y Simple Minds y José María García quedarían unidos para siempre por una particular y extraña 'canción de amor'.