Nuevamente en el foco, Till Lindemann, el vocalista de Rammstein, una de las bandas de Alemania con más éxito internacional, se enfrenta ahora a toda una oleada de acusaciones por abusos sexuales y de poder. Ha sido una denuncia de una joven en redes sociales, contando que fue drogada en una fiesta durante uno de sus conciertos en Lituania, lo que ha desencadenado un aluvión de reacciones de otras mujeres que han relatado experiencias similares apuntando al artista de 60 años de edad.
Fue concretamente a finales de mayo cuando Shelby Lynn, una joven irlandesa de 24 años, contaba que creía que había sido drogada en una fiesta privada con el grupo después de su concierto en Vilna. Aseguraba que no recordaba apenas nada de lo ocurrido aquella noche, salvo que el vocalista quería mantener relaciones con ella. Afirma que solo tomó “dos copas” antes de la fiesta y que el propio Lindemann les “dio a todos un chupito de tequila”. “No sé cuándo ocurrió esto”, señalaba en las redes, compartiendo una imagen en la que mostraba sus moratones a un costado del abdomen, sin saber “cuándo” o “cómo” se produjeron, y dejando entrever sus sospechas.
Sus palabras pronto generaron un enorme revuelo alrededor de un artista siempre marcado por la polémica ante sus videoclips, sus letras, sus espectáculos y sus excentricidades características; señas que, por otro lado, siempre le han catapultado entre sus seguidores y le han consagrado dentro del panorama musical internacional.
Ante la repercusión de sus palabras, Shelby matizaba en Twitter: “Me gustaría aclarar de nuevo: Till Lindemann no me tocó. Aceptó que no quería tener sexo con él. Nunca dije que me violó”, manifestó, pero al mismo tiempo señalaba que había muchas otras “víctimas”, dando paso a las denuncias de otras jóvenes que, por la misma vía, comenzaron a expresar que también habían asistido a fiestas privadas del grupo donde habían sufrido sus abusos, e incluso señalando que Lindemann tendría incluso una especie de ‘sistema de captación’ de mujeres a las que invitaba a la llamada ‘fila cero’ de sus conciertos y a sus fiestas.
Con múltiples medios alemanes como Süddeutsche Zeitung y Bild investigando sobre los testimonios que iban surgiendo en torno al caso, cobró especialmente fuerza el realizado por la influencer Kayla Shyx, –con más de 775.000 seguidores en YouTube y todavía más en Instagram–, quien a través de un vídeo de 37 minutos se sumaba a las acusaciones contando su experiencia.
Concretamente, en el clip señala que fue invitada a una de esas fiestas y que pronto se dio cuenta de que estaba allí “como un objeto sexual”, algo que refrendan otras presuntas víctimas.
Fue en un concierto de Rammstein el 4 de junio de 2022 en el Estadio Olímpico de Berlín, cuando señala que tanto ella como una amiga fueron invitadas a una fiesta posterior y aceptaron. Tras ello, todo cambio repentinamente cuando en lugar de estar en una fiesta entre famosos alemanes pasaron a una habitación con “dos sofás de cuero” y tras haber hecho entrega de sus teléfonos móviles. Fue entonces cuando empezó a alarmarse, señalando que allí también había varias chicas que parecían aturdidas y como “drogadas”.
“Nadie me había dicho que iba a ser parte de una posible orgía”, llega a decir en el vídeo, afirmando que en ese punto decidieron marcharse, lo que desencadenó el enfado de una mujer rusa a la que Shyx señala como la ‘conseguidora’ de las mujeres para Lindemann: Alena Makeeva, quien ya habría sido apartada por el grupo, según medios alemanes.
Tras sus palabras, más presuntas víctimas apuntando a Makeeva, mientras las acusaciones contra el vocalista no han dejado de multiplicarse.
Mientras tanto, desde la banda Rammstein se han pronunciado con diversos comunicados en los que condenan “cualquier tipo de transgresión” y salen al paso de las denuncias: “En cuanto a las acusaciones que circulan por Internet sobre Vilna, podemos descartar que lo que se afirma haya tenido lugar en nuestro entorno. No tenemos conocimiento de ninguna investigación oficial al respecto", señalaban inicialmente.
Tras ello, en otro mensaje añadían: "Las publicaciones de los últimos días han causado confusión y preguntas entre el público y especialmente entre nuestros fans. Las acusaciones nos han afectado a todos profundamente y nos las tomamos muy en serio. A nuestros fans les decimos: es importante para nosotros que os sintáis cómodos y seguros en nuestros conciertos, delante y detrás del escenario". "Condenamos cualquier tipo de transgresión y os pedimos: No participéis en prejuicios públicos de ningún tipo contra quienes han hecho denuncias. Tienen derecho a expresar sus opiniones. Pero nosotros, la banda, también tenemos un derecho: a no ser prejuzgados tampoco."
Mientras tanto, distintas marcas ya han cortado de raíz su relación con el grupo. La editorial Kiepenheuer & Witsch, que ha publicado tres volúmenes de poemas de Lindemann, ha roto su asociación con el vocalista. Primero por la existencia de un vídeo sexual de 2020 en el que le acusan de "glorificar la violencia sexual", en el que además aparecería uno de los libros suyos que han editado. Segundo, por la oleada de acusaciones surgidas ahora contra él, por las cuales quieren dejar clara su desvinculación con cualquier forma de abuso.
Por otra parte, muchos están ya revendiendo las entradas que habían adquirido para ver al cantante en su gira por Alemania, aunque por otro lado quedan sus seguidores más acérrimos e incondicionales, quienes denuncian una campaña contra el artista, restando crédito a las acusaciones.