Si hay un nombre icónico en la industria musical de todos los tiempos, ese es el de Elton John. El artista, que se encuentra en pleno viaje de despedida por muchos países del mundo, ayer aterrizó en España, más exactamente en el Palau Sant Jordi de Barcelona y las 16.000 personas que asistieron a disfrutar de su espectáculo, no quedaron insatisfechas. Por el contrario, los seguidores del de 'Rocket man' presenciaron uno de los conciertos más gloriosos que han pisado el recinto, que dejó hasta al propio Elton John con ganas de más.
La gira 'Farewell Yellow Brick Road Tour' de Elton John es la última del artista, con la que se despide de la música a sus 76 años.
Elton John logró que el Palau Sant Jordi de Barcelona acogiera este lunes a 16.000 personas que pudieron disfrutar de un explosivo espectáculo ofrecido por el artista, quien hoy volverá a pisar el recinto para despedirse definitivamente de España y cada vez más cerca de la música. Estas dos son las únicas fechas españolas dentro del 'Farewell Yellow Brick Road Tour'. La gira empezó en 2018 y parece que aún queda bastante para que termine, puesto que las fechas en Barcelona son los conciertos número 306 y 307 de la misma, altas cifras que indican las ganas insaciables de Elton John de despedirse a lo grande en cada lugar. Aunque Elton diga adiós, su eterna música nunca desaparecerá de las listas musicales ni de la historia. También parece eterno el poder de su voz y la energía de sus dedos, que hoy han vuelto a correr veloces por el teclado. El concierto, de más de dos horas de duración, ha sido llevado por una banda que acompaña al artista que cuenta con nada menos que tres percusionistas: Nigel Olsson, Ray Cooper y John Mahon, además de la guitarra eléctrica de Davey Johnstone.
A las nueve de la noche, la gran pantalla del escenario se llenó de flores para recibir al icónico Elton John, que se ha sentado frente al piano de cola con la intención de ofrecer un concierto memorable, y lo ha conseguido. "Buenas noches Barcelona, estoy muy contento de estar aquí por fin. Seguro que venís con la ilusión de ver un espectáculo fantástico, así que ¡allá vamos!", ha dicho entre la segunda y la tercera canción, "Philadelphia freedom" y "I guess that's why they call it blues". Desde la primera nota, que ha sido la de "Bennie and the Jeats", la buena música ha sido la protagonista de un concierto, en el que se ha mantenido fiel al repertorio que viene repitiendo desde que empezó su larga gira de despedida. Aunque diversas generaciones acuden a sus conciertos, la mayoría de personas allí presentes vivieron los grandes éxitos de Elton como un viaje a su juventud, por ello, nadie se pudo resistir a bailar con "The bitch is back", "I'm still standing", "Crocodile rock" y "Saturday night's alright for fighting", en el tramo más festivo del concierto, y se ha enternecido en "Sorry seems to be the harderst word" o "Candle in the wind", esta última sólo con voz y piano.
La banda ha brillado especialmente en "Levon" y el público ha agradecido enfervorecido "Rocket man", Tiny dancer” ,"Sad song" y "Your song". Elton John se ha levantado del piano después de cada canción para dar las gracias al público y en dos ocasiones ha recorrido el escenario de punta a punta para poder mirar de frente a todos los presentes, a pesar de la dificultades para moverse que tiene desde que se lesionó la cadera. Una lesión que, junto al covid, fue la causa de que la gira se tuviera que suspender y, tras retomarla, se haya alargado tanto. "He estado 10 veces actuando en Barcelona y 44 en España. Nunca os olvidaré, estáis en mi cabeza y en mi corazón", ha dicho Elton John antes de cantar "Goodbye yellow brick road", el último tema del concierto, y desaparecer en dirección hacia las alturas.