En las décadas de los 70 y los 80, varias autoras de cómic adulto revolucionaron la manera en la que se leían y se hacían las viñetas en España. Frente a la invisibilización de la mujer promovida por el contexto social y político de la sociedad masculinizada y patriarcal de la época, estas historietistas procedentes de sensibilidades muy distintas instauraron un panorama de gran diversidad estilística y narrativa en el medio.

A esas pioneras les dedica el Museo Reina Sofía '¡Mujercitas del mundo entero, uníos! Autoras de cómic adulto (1967-1993)', un proyecto expositivo documental planteado a partir de la colección de cómics de la Biblioteca y Centro de Documentación de la pinacoteca. En este proyecto se recorre las obras realizadas por estas autoras; su relación con el cómic femenino del tardofranquismo y la producción internacional de historietas hechas por mujeres.

“El principal objetivo de la muestra -explican los comisarios del Reina Sofía Guillermo Cobo y Alberto Medina- es recuperar y reivindicar la producción de estas autoras, pioneras en la apropiación de espacios creativos vetados tradicionalmente a las mujeres y en el tratamiento de temas e inquietudes desde una perspectiva totalmente feminista.”

La exposición tiene muy presente las vías de difusión del cómic impreso y la recepción en los lectores, motivo por el que la sala cuenta, además de todos los cómics expuestos en las vitrinas, con dos frisos en los que se reproducen un total de 18 historietas en color, y 26 historietas en blanco y negro.

Una de las primera referentes de esta reivindicación del papel de la mujer en la sociedad desde el cómic y la ilustración fue Núria Pompeia. Su obra, en la que abordó desde una perspectiva activista y militante temas como la sexualidad, el aborto, el embarazo o las relaciones sociales, se desarrolló principalmente a través del humor gráfico y la viñeta satírica en revistas como 'Triunfo', 'Por favor' o 'Vindicación feminista'.

A pesar de este antecedente, hubo que esperar hasta finales de la dictadura para que viñetistas como Rosa Lleida, Sara Presutto, Montse Clavé, Isa Feu, Mariel Soria y Marika Vila lograran hacerse un hueco en el mundo del cómic para adultos. Aunque algunas de ellas surgieron del ámbito del tebeo para niñas, buscaron desarrollar sus historietas al margen de los cánones sexistas y producir unas viñetas en las que predominaba una actitud combativa, con historias rebosantes de reivindicación feminista y denuncia sociopolítica.

Es a partir de 1979 cuando una nueva generación supo recoger los frutos plantados por sus antecesoras. Marta Guerrero, Pilar Herrero Bendicho, Ana Juan, Mamen la del Cafó (Carmen Santos Castilla), Victoria Martos, Ana Miralles, Roser Oduber y Laura Pérez Vernetti giran más hacia lo lúdico y lo festivo sin dejar de lado la defensa de la libertad de la mujer.

La estética de estas nuevas autoras era más libre y experimental, su escuela eran la calle, el punk y los bares, y sus trabajos aparecían en revistas como 'El víbora', 'Rambla', 'Medios revueltos'; o, incluso, en publicaciones editadas por organismos públicos, como fue el caso de 'Madriz'. Pero a finales de los 80 la fuerte crisis que sufrió el cómic español llevó al cierre de numerosas cabeceras y al abandono hacia otras profesiones.

Aún así, en los noventa se publicaron dos álbumes de autoría colectiva y mensaje combativo -'Los derechos de la mujer' y 'Cambio el polvo por el brillo'- que implantaron una semilla que eclosionaría después en diferentes movimientos críticos y en el aumento del número de mujeres que triunfan en el cómic y la novela gráfica actual.