Joan Manuel Serrat es historia de la música y después de toda una vida dedicada al noble arte de emocionar a través de ella llega el final. Ovación de las que no se olvidan en un concierto histórico del cantautor en Barcelona. Aplausos continuos y muchas lágrimas. Serrat ofreció un recital antológico en el Palau Sant Jordi ante un auditorio entregado, al igual que hace menos de un mes en el WiZink Center de Madrid, tras una gira que el pasado mes de abril comenzó en Nueva York.
Un total de 15.100 personas recordaron en la capital catalana todos los momentos en los que la música de Serrat fue la banda sonora perfecta. En el palco, casi pleno de representación política, con Pedro Sánchez y Miquel Iceta a la cabeza. El presidente del Gobierno otorgó en febrero de este año a Serrat la Gran Cruz de la Orden Civil por su carrera profesional, un reconocimiento que el barcelonés recogió "feliz y emocionado".
"Esta noche proclamo solemnemente mi adiós por voluntad propia", anunció el artista. Eso sí, todavía nos quedan sus canciones y la posibilidad de que esta voz incomparable vuelva a asomarse a un estudio de grabación.