Por primera vez en los últimos 31 años en España compramos más discos de de vinilo que CD: un 54% frente a un 44%. Se trata de una tendencia que se venía observando desde hace tiempo en el resto del mundo y que ahora se confirma también en nuestro país, donde la música grabada creció un12,4% en la primera mitad de 2022.

Durante esos primeros seis meses del año las ventas de vinilos han aumentado un 25,6% hasta los 13,6 millones de euros, representando ya más de la mitad del total del mercado físico, según un informe de Promusicae. En todo 2021 ya se vendieron 1,6 millones de unidades en nuestro país (un 32% más que el ejercicio anterior), volumen que reportó más de 25 millones de euros. Hace diez años, en 2013, apenas se vendían 140.000 ejemplares.

Si el vinilo vuelve a estar de moda en estos tiempos de streaming que han terminado de hundir al CD es porque se asocia a una serie de valores con los que no puede competir las plataformas digitales. Muchos melómanos han recuperado el viejo tocadiscos o se han hecho con uno nuevo para volver a disfrutar de la música en el formato más popular del siglo XX por las siguientes razones:

En una época de intangibles mucha gente quiere recuperar el valor del objeto físico. El coleccionismo de vinilos te permite tener en casa la música que ha marcado tu vida en el mejor formato posible, con sus cuidadas carpetas y sus portadas, arte y libretos a gran tamaño. Además, el poderío físico de las ediciones modernas en 180 o 200 gramos aporta un valor añadido que invita a coleccionarlas. Por otra parte, es difícil alardear de tener u disco en formato mp3 en el móvil, pero los vinilos lucen geniales en la estantería, pueden ser firmados por el artista e incluso subastados por altas sumas de dinero.

A muchos melómanos lo que les atrae de los discos de vinilo es su sonido. Por una parte, algunos disfrutan de los pequeños crujidos que produce la aguja durante la reproducción, pero la principal ventaja está en que el tocadiscos aprovecha mejor el rango dinámico de la sonoridad y refleja con mayor precisión las ondas sonoras. La música que se puede escuchar en plataformas como Spotify está comprimida y se pueden perder algunos detalles importantes.

Para escuchar música en el móvil o el ordenador solo hay que abrir una aplicación y darle al play. No se puede negar que es más práctico y cómodo reproducir un soporte digital. Pero escuchar un vinilo requiere otra dinámica: sacar el disco de su funda, encender el tocadiscos, colocar la aguja, observar el arte de la carátula, leer las letras de las canciones y levantarte del sofá para darle la vuelta cuando termina una cara. En general es una experiencia más activa e inmersiva. Mucha gente disfruta de este ritual que implica un consumo de la música más reflexivo y sosegado.

Con el streaming se tiene (casi) toda la música a mano y se ha perdido ese sentido de la aventura que suponía rebuscar en las cubetas de las tiendas de discos. Recuperar esa afición de ir a por un disco que no es fácil de encontrar supone todo un estímulo para muchos. La sensación de entrar en una tienda y descubrir música o hallar ese vinilo que llevabas tiempo buscando para añadir a tu colección es impagable. Además, la tienda de discos es un lugar perfecto para conocer personas con gustos similares y hablar sobre sus respectivos hallazgos.