La cantante Jimena Amarillo (Valencia, 2001) se dio a conocer durante la cuarentena. Unos meses a lo largo de los cuales, como tenía tiempo libre, pudo encontrar su estilo. Una música que ella misma cataloga como “coñazo”, cuyas canciones están hechas para sus lesbianas y sus mujeres. Pero, bajo esas palabras, no se esconden más que unos temas que hablan mucho del amor, con ritmos tranquilos y letras muy pegadas a la actualidad que tratan sobre momentos tan cotidianos como mirar el móvil, hacer la compra o tener sexo. Una larga serie de canciones que tienen su máxima expresión en el que ha sido su primer disco Cómo decirte, mi amor (2021). Ahora, ha dado un giro de 180 grados y, para hacer el verano más bailable, ha publicado el LP Mientras ando. En Yasss hemos hablado con ella sobre su carrera musical y sobre cómo se siente como referente LGTBIQ+.
¿Quién es Jimena Amarillo?
Empecé en la música a los cinco años, cuando mis padres me apuntaron a violín. Luego tuve una novia y tocaba la guitarra y ella cantaba. Lo dejamos y, como me aburría, me puse a hacer covers. Y se las dedicaba a mis amigos. Ahí me enamoré de una chica de Menorca y le escribí mi primera canción, que es horterísima y no voy a decir cuál es. Al contrario de lo que la gente cree, no empecé en cuarentena. Ahí encontré mi estilo. Yo siempre he sido un coñazo, pero en cuarentena que tenía más tiempo, lo fui todavía más.
Más allá del adjetivo coñazo, ¿cómo definirías tu música?
Yo siempre digo que soy una chica de contrastes. Como la diferencia que hay entre mi música y mi imagen, por ejemplo. Soy así. En mi forma de hablar y en las letras también. Pero soy súper sincera. Mis canciones son un poco así.
Una sinceridad que traspasa la música. Te expones totalmente a través de tus canciones, como podemos ver en tu primer disco Cómo decirte, mi amor.
Lo tengo un poco disociado, pero sí, me expongo totalmente. Siempre digo que yo escribo las canciones en veinte minutos y, si pasa de ese tiempo, es que no es buena. Por eso canto lo que se me pasa por la cabeza en un sitio y momento concreto. Me gusta decir lo que estoy pensando.
Canciones muy cotidianas y muy pegadas a nuestro tiempo. Puedes hablar de temas tab cotidianos como hacer la compra, mirar el móvil o tener sexo.
Total. No quiero llegar al colmo del tontipop, que dice cosas forzadas. Yo hablo así y no me cuesta expresarlo. Juego a meter expresiones cuando veo que soy muy intensa, como que voy a llorar comiéndome una cebolla, pero luego lo siguiente que digo es profundo. En fin, contrastes.
En una información de tu sello llegan a decir que es mejor no ligarte, que sino toda España sabrá hasta su DNI.
Totalmente. Eso me lo dijeron. Que no se enamore nadie de mí porque…
¿Cómo es para ti exponerte así?
Como toda la vida llevo haciéndolo, es algo que no me cuesta. Mis amigos me dicen que me debería de dar vergüenza, pero no me da. Creo que a la gente le da reparo y debería de salirse de ahí. Si dices que vas a hacerlo en la cocina con unas mandarinas, ¿dónde está el problema?
Tu anterior disco lo describías como pop-moñas, pero en Mientras ando es otro tipo de música más movida y electrónica. ¿Por qué este cambio?
Me apeteció. El anterior disco era más clásico y pensé que en la vida hay que escribir sobre cosas menos intensas. Por ejemplo, la canción ‘Pantalones de pana’ no habla de nada. Encima me encontraba en un momento que mi vida estaba cambiando y me apetecía una cosa más divertida y veraniega. Y salieron estos temas. Pero volveré a lo clásico.
Estamos en la semana del Orgullo y la pregunta es casi obligada. ¿Cómo llevas poner voz a muchos sentimientos LGTBIQ+?
Es una cosa que antes no pensaba mucho, pero tras haber tocado en el Orgullo de Barcelona… ósea, si lo pienso me caigo muerta. Casi me pongo a llorar. Yo siempre digo que no soy predicadora de nada, porque siento que mi discurso no está formado y que no puedo ser Samantha Hudson. Pero sí que es verdad que mucha gente me habla y me pide ayuda. Entonces me pongo a pensar y si mis canciones son para mis lesbianas y mis mujeres, significa que no necesito un discurso hecho. Cada vez estoy más contenta de que haya más cantantes así y que pueda ser un referente en algunos aspectos. Para mí es muy importante.
¿Crees que es necesario que haya más canciones así? Sobre todo en un mundo como el de la música, que siempre ha sido de encerrar las identidades sexuales.
Cuesta un montón aún y falta mucho. Pienso que cantantes como yo lo estamos petando porque la gente está cansada de escuchar a los hombres decir lo mismo. Para ya de hablar del culo de las chicas, ¿no? Cuenta otras cosas. Eso nos ayuda a nosotras a ponernos en el panorama. Creo que cada vez hay más gente y se habla con más libertad.
¿Cómo cuáles? ¿Qué cantantes crees que son importantes y cuáles te han influenciado a ti personalmente?
La primera de todas, con la que tengo una colaboración y que es una mujer increíble, es Eddi Circa. Nombres de mi new wave como María Moreno, Amore, Irenegarry, Las Ego son un grupazo que lo van a petar… También Amaia, Rigoberta, que pienso que están haciendo un papel importantísimo en la industria. Ah, y Silvia Pérez Cruz, que es mi mayor influencia en la música. No me cansaré de repetirlo hasta que se digne a hablarme.