Hay regiones y zonas que reciben una gran cantidad de visitantes, convirtiéndose en destinos turísticos en los que todo el mundo desea pasar unos días de descanso. Este es el caso de Baleares, sus playas, su ambiente y sus espacios naturales y culturales han hecho que este sea uno de los destinos predilectos de los viajeros.
La gran cantidad de turistas hizo necesario que el gobierno balear tomara medidas y desde 2016 se aplica la tasa turística, o ecotasa, en todos los municipios de Baleares, incluyendo Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera. Se trata de un impuesto que se aplica en los establecimientos turísticos y su objetivo es financiar proyectos sostenibles relacionados con el turismo en la región.
Los fondos que se recaudan con este impuesto van destinados a financiar proyectos para la conservación y mejora de la zona, tanto en lo que se refiere a su cultura y patrimonio como al medio ambiente, pero también a proyectos de investigación y promoción turística. Se busca minimizar el impacto del turismo masivo en la naturaleza, invirtiendo para conservarla.
Esta es una tasa que deben abonar los huéspedes de los alojamientos, tal y como establece la normativa balear, aunque es el anfitrión quien recauda el tributo y lo remite a la Agencia Tributaria de las Islas Baleares.
Les corresponderá pagarla independientemente de que sean residentes o no y solo quedan exentos de pagarla los menores de 16 años. Se considera establecimiento turístico los hoteles, pero también apartoteles, apartamentos turísticos, viviendas turísticas y alojamientos rurales. Del mismo modo, entra dentro de esta categoría los albergues, las posadas, los campings e incluso las embarcaciones de crucero turístico.
La ecotasa varía según la época del año, en función de si se trata de los meses de temporada alta (que va desde el 1 de mayo al 31 de octubre) o temporada baja (desde el 1 de noviembre al 30 de abril, meses en los que las tarifas son menos elevadas), también es diferente en función del alojamiento y del tiempo que se vaya a estar. Es un impuesto que se calcula por persona y noche y tiene que ser abonado al establecimiento turístico al finalizar la estancia.
Como hemos visto, las tarifas varían y pueden llegar a costar en temporada alta hasta 4 euros en el caso de hoteles, apartahoteles y apartamentos de mayor categoría, hasta 1 euro, como puede suceder en opciones más económicas, como los campings y los albergues, entre otras opciones. Existen en internet diferentes opciones de calculadoras para poder estar seguro de cuánto dinero extra hay que incluir en nuestra planificación de viaje.
No todo el mundo tiene que pagar esta tasa, hay algunas excepciones, como hemos visto antes con los menores de 16 años. También están libres de ello las personas con discapacidad reconocida igual o superior al 33% y sus acompañantes, quienes viajan por trabajo, o si se encuentran en situaciones de urgencia. También si un individuo se hospeda más de 20 días consecutivos en el mismo establecimiento, porque a partir de ese momento ya estará libre de pago.