Al escoger el destino de nuestros viajes no solemos tener demasiado en cuenta el riesgo de desastres naturales porque en realidad no esperamos que pueda suceder justo en el momento en el que nos encontramos allí, pero lo cierto es que nos conviene saber qué podemos encontrarnos en los lugares que vamos a visitar.
Si se trata de una zona de lluvias torrenciales, siempre será mejor viajar en una época en la que sean menos probables, pero hay otros acontecimientos que no dependen de la estación en la que nos encontramos, por lo que aprender a reaccionar a este tipo de situaciones puede marcar una gran diferencia en nuestras vidas.
Tanto si es una zona de terremotos como si hay en la zona un volcán, saber los protocolos que tenemos que seguir para mantenernos a salvo, puede hacer las cosas más sencillas en un momento de riesgo, también aprender cómo tenemos que reaccionar ante una alerta de tsunami, así como las señales que pueden avisarnos.
Tsunami se llama a una serie de olas que se forman generalmente tras un terremoto en el fondo marino, a medida que se acercan a tierra, entrando en aguas menos profundas, su altura aumenta, lo que puede llegar a producir grandes daños en la zona y a las personas que se encuentren cerca en ese momento.
Lo primero que se siente ante un tsunami es un temblor fuerte, que puede dificultar mantenerse en pie, después se puede ver cómo el agua del mar se retira considerablemente de la playa, anunciando que lo que viene a continuación serán grandes olas que avanzan hacia la playa a gran velocidad y causando una gran destrucción por su fuerza.
En muchos lugares se han establecido alertas sonoras de tsunami, que permiten a la gente que se encuentra en la zona poner en práctica los planes de evacuación que hay que conocer, para así evitar que el desastre sea mayor. Una vez que se reciba la alerta, lo mejor es alejarse tanto del mar como de ríos y estuarios, porque el mar puede avanzar a través de ellos. Lo mejor es dirigirse hacia el interior y lo más alto posible.
En caso de ser arrastrado, es necesario intentar agarrarse a algo que flote y en caso de estar en una embarcación, lo mejor es adentrarse en el mar hasta que la profundidad sea superior a 100 metros. Si estamos en tierra firme, es necesario mantenerse a una altura igual o superior a un tercer piso, también una azotea puede servir, siempre y cuando se trate de una edificación sólida; como último recurso también se puede subir a un árbol, pero no es lo más recomendable. Es importante tener precaución con los cables y objetos que puedan caer.
En general, en caso de alerta de tsunami, se recomienda intentar mantener la calma, alejarse lo máximo posible del agua y avanzar en dirección contraria a la costa, siguiendo las instrucciones de las autoridades o buscando la zona segura más cercana. Los tsunamis se parecen más a una inundación, por lo que pueden pasar horas antes de poder regresar a la zona.