Las estafas online están a la orden del día. Mientras que las autoridades trabajan para evitar que caigamos en este tipo de timos, aprender a diferenciar una web original de una clonada puede convertirse en nuestra mejor herramienta de seguridad para evitar que puedan robarnos.
En muchas ocasiones no somos conscientes de que este tipo de estafas están en marcha, los delincuentes parecen ir un paso por delante y una de las estafas actuales con las que conviene tener cuidado es con las páginas web clonadas.
Pensamos que estamos comprando productos como ropa, calzado, complementos o elementos de decoración en la web original, disfrutando de un suculento descuento, pero en realidad el usuario está siendo víctima de una estafa. Corremos el riesgo de perder nuestro dinero y nunca recibir el producto, pero también de que los estafadores consigan números de cuentas y otros datos personales.
La mejor forma de evitar que esto suceda es ser un poco desconfiados y asegurarnos de que estamos en la web original antes de compartir nuestros datos bancarios. Esto, que puede parecer costoso, en realidad no lo es tanto y puede salvarnos de ser estafados y perder nuestro dinero.
Antes de dejarnos llevar por los estupendos precios y las ofertas únicas que nos ofrece una página web, conviene asegurarnos de que la compra que vamos a hacer la hacemos a través de los canales oficiales. Este tipo de webs clonadas imitan el nombre de la empresa, los logotipos y la estética de la original, por eso una de las primeras cosas que tenemos que mirar es la URL a la que hemos accedido.
Pueden ser cambios radicales, con un nombre completamente distinto, pero en ocasiones solo se modifica una letra o hay cambios muy sutiles, por lo que conviene mirar con cuidado. También si aparecen errores ortográficos, guiones, símbolos o números. Conviene, asimismo, verificar que la URL sea https y no http, las primeras son páginas que cifran los datos y que son seguras.
Podemos buscar también el candado que aparece junto a la URL y que también indica que es segura.
Además, hay otros aspectos que pueden alertarnos y que no son tan llamativos. Por ejemplo, antes de dar el paso y comprar a través de una web que nos parezca poco confiable, podemos mirar sus redes sociales asociadas. También podemos fijarnos en el contenido de la página, porque si hubiera errores gramaticales u objetos fuera de lugar podrían indicar que no es la página web oficial. Que no exista diversidad de pago puede ser también una señal de alerta.
Existen también verificadores, que nos ayudan a saber si una página es la oficial o un clon, así como las herramientas que ayudan a medir la confianza que proporciona una web, dejándonos saber si es falsa o real. Lo mejor es no hacer compras en webs que despierten nuestra desconfianza y revisar muy bien todos los aspectos señalados.
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