Si lo comparamos con otro tipo de materiales, como la cerámica o el granito, el suelo de terrazo de nuestra casa puede desgastarse y decolorarse con mayor facilidad que otro tipo de superficies (no debemos confundirlo con el suelo de la terraza, que requiere un proceso distinto). Este es uno de los principales inconvenientes. ‘Se mancha con mirarlo’, suelen decir quienes acaban sufriendo alguno de los problemas más típicos. Basta con que lo descuidemos una semana para que adquiera una aspecto sucio, muy poco agradable.
El terrazo es un material poroso (mezcla de cemento y fragmentos de mármol, granito u otros materiales), y por lo tanto requiere que lo limpiemos con más cuidado que otro tipo de suelos con más solera. Jamás deberíamos usar productos químicos abrasivos, ya que podrían estropearlo. Tampoco es conveniente mojarlo con frecuencia, ni limpiarlo más de una vez a la semana.
Lo primero es realizar una pasada para eliminar el polvo superficial. Para ello, tenemos que barrer y aspirar la zona que vayamos a repasar y abrillantar para evitar los arañazos causados por partículas abrasivas. Podemos usar una escoba de cerdas suaves, o bien una aspiradora eléctrica con un accesorio que suavice la pasada para no rayarlo. Es recomendable hacerlo todos los días.
Como paso añadido, también muy útil, pasaremos la mopa justo después. Este mantenimiento diario nos ahorrará preocupaciones y carga de trabajo cuando llegue la hora de limpiar el terrazo.
Para una limpieza normal, mezclamos agua tibia con un detergente suave (jabón de Marsella, por ejemplo) en un cubo con escurridor. También sirven los limpiadores especiales para terrazo que venden en cualquier gran superficie.
El escurridor nos permitirá escurrir la fregona al máximo para que las pasadas empapen mínimamente la superficie del terrazo y no quede agua estancada en ningún punto, ya que este tipo de suelos admiten mal que los mojemos constantemente. Es mejor realizar una limpieza una vez cada una o dos semanas que fregarlo todos los días. Con eso solo conseguiremos que aparezcan manchas. En cuanto a la fregona, la más recomendable es la de microfibra, por la suavidad de la pasada.
Si no estamos seguros de haber elegido el producto adecuado para nuestro tipo de suelo, es mejor hacer una prueba en un área discreta antes de pasar a limpiar toda la superficie.
El calendario es sencillo, tan solo hay que alternar el tipo de producto que utilizamos.