Llegan fechas de lo más señaladas y, en ocasiones, cuando nos pilla el toro, puede ocurrir que acabemos con el coche hasta arriba de cajas de regalos recién comprados a última hora. Algunas de estos bultos tendrán un tamaño minúsculo, pero también habrá otros más voluminosos que no seran tan fáciles de encajar en el habitáculo de nuestro vehículo. Es en estos casos cuando cabe plantearse cuáles son los límites para llevar cajas y regalos en el coche y no recibir multas.
Para garantizar un transporte seguro de regalos de Navidad en el coche, evitando multas y riesgos para la seguridad vial, es importante ser consciente de la normativa y seguir una serie de consejos para optimizar la carga sin que aparezcan problemas durante la conducción.
El transporte inadecuado del equipaje puede resultar en multas que oscilan entre los 200 y 500 euros, y la pérdida de puntos en el carné de conducir, por lo que es crucial seguir estas pautas para evitar sanciones.El artículo 14 del Reglamento General de Circulación señala que la carga en un vehículo no debe “arrastrar, caer total o parcialmente o desplazarse de manera peligrosa”. Tampoco puede “comprometer la estabilidad del vehículo”, con una multa también de 200€. La misma cantidad si el regalo limita la movilidad o dificulta la visión, lo que sería una infracción grave tipificada en el artículo 18 y conlleva sanción.
Otro de los riesgos que corremos depende ya de la apreciación del agente. Y es que este nos ‘pilla’ intentando manipular o recolocar un regalo mientras estamos en marcha, puede considerarnos un riesgo para la seguridad vial, y sería una infracción sancionable con 80€ de multa.
El ‘premio gordo’ sería si un regalo cae en la vía por ir mal sujeto, lo que implicaría una sanción de 500€ y está considerada una infracción muy grave por el peligro que puede suponer al resto de usuarios en carretera.
En resumen, siguiendo estas recomendaciones, es posible transportar regalos de Navidad de manera segura y conforme a la normativa de tráfico española, garantizando tanto la seguridad de los ocupantes del vehículo como la del resto de usuarios de la vía, sin poner tampoco en peligro nuestro bolsillo con las respectivas sanciones si no cumplimos las normas de tráfico de la manera en que deberíamos.