A medida que la sociedad evoluciona, los espacios para vivir se están reduciendo en un alto porcentaje. Dejando de lado las razones por las que esto ocurre, atrás quedaron esos amplios jardines con zonas verdes donde dejar volar la imaginación y plantar árboles y plantas a diestro y siniestro. Esto no es sinónimo de tener que sacarnos de la cabeza tener un jardín cuidado o cultivar nuestro propio huerto. Un garaje, un patio, un balcón e incluso un pequeño pasillo pueden convertirse en el lugar ideal para cultivar plantas y tener un espacio verde en el que perderse de cuando en cuando.
Accesorios decorativos, jardines verticales, muebles de exterior o luces originales son solo algunas de las ideas fantásticas para jardines pequeños y llenos de encanto. ¡Sigue leyendo!
Estudia las características de sol, sombra y ubicación del jardín. Para que la elección de plantas sea la adecuada y la asignación de los espacios tenga sentido, valora dónde y a qué horas hace sol o sombra.
A la hora de elegir las plantas para nuestro jardín debemos asegurarnos de que sean aptas para las condiciones ambientales y de suelo del lugar donde las vamos a sembrar. Pero en el caso de la jardinería en espacios reducidos, también debemos tener en cuenta el tamaño que tendrán en su edad adulta. Si este supera las alturas y diámetros disponibles deberemos buscar otras que cumplan las condiciones que tenemos. Hay que optar siempre por especies y ejemplares pequeños.
No se trata de llenar las paredes de macetas, adornos o faroles. Nos referimos, sobre todo, a convertir esa superficie vertical en una más del jardín. Para ello, podemos plantearnos plantas trepadoras siempre teniendo en cuenta que no tengan hojas de gran tamaño, ni invadan demasiado alrededor. De esta manera, no abigarrarán el espacio, sino que servirán para crear un manto vegetal que lo embellezca todavía más.
También podemos utilizar las paredes para instalar celosías, una manera perfecta de crear atmósfera de jardín; o bien, simplemente, pintarlas en colores claros para que la sensación de espacio sea mayor.
En el caso de los jardines pequeños, una mixtura de colores desordenada, en la que ninguna tonalidad combina con la otra, puede ser abrumadora para el ojo porque no tiene otro lugar hacia el cual dirigirse. Tenemos que asegurarnos de que los colores de nuestras plantas se vean bien juntos, que proyecten armonía y sensación de unidad.
En un jardín en espacio reducido, tenemos que velar porque la mayoría de nuestras plantas puedan vivir toda su vida en macetas. Con eso nos evitamos las molestias de tener que sacarlas a otro lugar una vez alcanzan la edad en la que no resisten el contenedor.
Las macetas esquineras, ya sean de madera, barro u hormigos, son ideales para aprovechar ese espacio que casi siempre se pierde en el jardín. Incluso, podemos colocar varias de forma vertical, pero asegurándonos de que queden escalonadas para que las de nivel superior no le roben la luz a las de abajo y les permitan crecer libremente.
Algunas plantas comestibles y hierbas pueden ser ornamentales como la caléndula que da flores amarillas, los pimientos tienen frutos muy bonitos y los pepinos forman una enredadera y permiten dar la forma y tamaño que desees.
Por supuesto, todo jardín requiere de buenas dosis de luz solar. Pero la iluminación artificial también juega un papel importante a la hora de integrar plantas en pequeñas áreas, pues, aplicada correctamente, genera un efecto de amplitud. La idea es jugar con las sombras y darles luz a las texturas, a los lugares más oscuros del jardín y a las flores más coloridas.
Para ahorrar energía eléctrica en la implementación de esta técnica, es recomendable usar lámparas solares, de aquellas que se cargan en el día con energía solar y proyectan la luz por la noche.