El avance de la tecnología nos lleva por caminos cada vez más intrusivos para nuestro día a día. No hablamos ya del peligro de las inteligencias artificiales para ciertos puestos de trabajo, sino que en esta ocasión queremos referirnos al hecho de que Google, Microsoft, Apple y, en general, las compañías que se encargan de realizar mapas para nuestro día a día pueden estar pasándose de la raya.
Ser capaces de orientarnos con nuestros dispositivos móviles u ordenadores en cualquier sitio y momento siempre está bien y es de mucha ayuda, pero también es verdad que conforme esa información de nuestras calles y edificios se vuelve más y más detallada, puede empezar a chocar con la privacidad de los individuos. Nos referimos, por ejemplo, al hecho de que podamos bajar a pie de calle en servicios como Google Maps, viendo cada edificio, local y plaza con todo lujo de detalle. Aunque esto no tiene por qué molestar a nadie, sí que puede entrar en colisión con el derecho de las personas a su propia privacidad.
Tanto es así que desde que Google lanzó el servicio en el año 2007, se han presentado demandas en distintos territorios para mejorar la privacidad del sistema. Entre los casos presentados está un barrio de Minnesota que no quería ser fotografiado, e hizo que Google borrara las fotos de la localización, o una demanda en Reino Unido en el año 2009 presentada porque Google no estaba des-identificando correctamente a todo el mundo, lo que suponía perjuicios para ciertos individuos.
El caso es que a colación de todos estos problemas, Google ofrece la posibilidad de solicitar que nuestra casa o cualquier elemento en Google Maps se ponga borroso, haciendo indistinguible el detalle de ventanas, muros y demás arquitectura del edificio. El proceso es de lo más sencillo, y se puede realizar desde cualquier dispositivo con conexión a internet y navegador, en poco más de un par de minutos.
Estos son los pasos que hay que seguir, por orden riguroso:
Tras seguir todos estos pasos recibiremos un correo de Google en el que se nos comunica que están revisando la imagen, y que se nos informará de la resolución de esta petición. La única mala noticia es que el periodo que se toma Google para hacernos caso o no, no está determinado, por lo que podría tardar desde unos días, a semanas, pero en ningún caso será inmediato.
Es posible también que recibamos un segundo correo de Google pidiéndonos más detalle sobre lo queremos que se desenfoque, para lo que necesitaremos seguir el proceso citado más arriba de nuevo, y esperar de nuevo una resolución del problema. Tras esto no habría mucho más que hacer, tan solo esperar… O aprovechar el tiempo y seguir el mismo procedimiento en otros sistemas de mapas como Bing Maps, para conseguir subir de nivel en nuestra tan ansiada privacidad.