Con el objetivo de generar menos residuos y contribuir así en la mejora del medio ambiente, a día de hoy, muchas personas ponen en práctica nuevas prácticas basadas en la ‘Regla de las tres R’: reciclar, reducir y reutilizar.
Cada vez son más las personas que intentan dividir de forma correcta lo que tiran a cada cubo de basura o procuran comprar y consumir menos, así como también dejar de utilizar las botellas de plástico de un solo uso, optando por envases más sostenibles con la finalidad de desechar menos cantidad de plásticos al día.
Las botellas reutilizables, por ejemplo, tienen la ventaja de ser más cómodas, transportables, más resistentes y, por lo general, más seguras. No obstante, hay que tener en cuenta que estos envases también necesitan un cuidado especial y desinfectarlas a menudo para prevenir que se conviertan en el caldo de cultivo de bacterias. De hecho, estas se encuentran entre las diez cosas de casa que siempre se nos olvida limpiar.
Si no se limpian de forma regular, la humedad puede favorecer la presencia de hongos y bacterias, lo cual puede provocar que el agua adopte sabores y olores desagradables.
De hecho, los expertos recomiendan enjuagar el envase cada día y limpiar en profundidad al menos una vez a la semana. Una rutina higiénica que no solo va a alargar la vida útil de la botella, sino que también va a reducir la proliferación de microorganismos en su interior, los cuales pueden ser nocivos para la salud.
Asimismo, también hay que prestar atención a los olores. Si la botella comienza a tener un aroma extraño, va a ser un claro indicativo de que algo ocurre y que se necesita una buena limpieza.
Un truco para eliminar los olores desagradables de este tipo de botellas que se ha hecho viral en redes sociales consiste en poner una cucharada de bicarbonato sódico dentro y llenarla de agua caliente.
Luego, solo tienes que cerrar el envase, agitar la mezcla y dejar que actúe durante unas horas. Pasado el tiempo, solo debes vaciar la botella, limpiar con agua fría y jabón neutro para retirar cualquier resto de producto que haya podido quedar y esperar a que se seque.
El vinagre blanco o el limón mezclado con agua a partes iguales también son productos que van a poner fin al problema. En ambos casos, al igual que la solución anterior, es importante que repose unos 30 minutos o varias horas y enjuagar una vez terminado todo el proceso.