Flambear es una técnica culinaria deslumbrante con el uso de bebidas alcohólicas para potenciar el sabor de la comida
En NIUS te enseñamos a practicar el flameado en casa con todas las medidas de seguridad pertinentes
El flambeado o flameado es una técnica de cocina que llama la atención de cualquier comensal, puesto que es un verdadero espectáculo. Y es que la comida literalmente se incendia durante unos segundos.
Básicamente, consiste en rociar un alimento con un fuerte alcohol y encender el fuego. No obstante, para los profesionales de la cocina, esta técnica exige una preparación de calidad y práctica, puesto que el alimento podría quemarse.
¿Quieres aprender a flambear como un profesional de la gastronomía? Te enseñamos todo lo que necesitas saber para dominar el flameado de forma segura.
¿Para qué se utiliza el flambeado?
El flambeado se emplea para intensificar los sabores de los alimentos mientras se cocinan, puesto que otorga un sabor muy distinto y sofisticado al ingrediente principal que se fríe.
Hay un enorme abanico de alimentos y preparaciones dulces y saladas que admiten el añadido de algún licor para ser quemado hasta que se evapore. Sin embargo, los alimentos más comunes para flambear son las carnes de vacuno y algunos postres.
¿Cómo se flambea?
Antes de poner manos a la obra con el fameado, debes tener en cuenta varias precauciones. Con cualquier error corres el riesgo de incendios y quemaduras, así que debes tener mucho respeto a esta técnica de cocina.
Toma precauciones muy estrictas para prevenir riesgos: enróllate las mangas de tu camisa, aleja cualquier tela o material inflamable de la preparación. Si tienes el cabello largo, recógelo y apártalo de tu cara.
Apaga la campana extractora: en esta puede haber grasa acumulada que se prenda en fuego si está encendida, por ello asegúrate de que esté apagada.
Despeja la zona de materiales que no vayas a usar: al momento de flambear, recoge y aparta todo lo que no necesites de la zona de trabajo.
Ten siempre cerca una tapa de metal que se ajuste al tamaño de la sartén: si el fuego se te va de las manos, podrás cubrir la sartén con la tapa y quitarle oxígeno, de esta forma la llama se apagará. Nunca eches agua.
Elige bien el licor con el que vayas a flambear: opta por destilados entre 30 y 40% de alcohol como el ron, el brandy, coñac o el whisky. Recuerda que el vino o la cerveza no tienen la graduación suficiente para quemar.
Vierte el alcohol caliente: el licor frío o fresco no se encenderá, lo que podría arruinar tu comida. Puedes calentarlo en el microondas durante unos segundos antes de verterlo.
Usa un soplete, cerilla larga o mechero de cocina: como la llama se enciende muy rápido, cuanto mayor distancia puedas ganar con respecto a la sartén, mejor.
Utiliza una sartén grande: con un mango largo y lados profundos.
Vierte el licor caliente en la sartén del plato preparado: saca la sartén de la hornilla encendida antes de agregar el alcohol y viértelo cuidadosamente
Enciende la sartén inmediatamente: para que la comida no corra el riesgo de absorber el alcohol crudo, lo que podría arruinar su sabor.
Una vez que el plato esté encendido: regresa la sartén a la hornilla y sacúdela ligeramente sobre la estufa de tal manera que las llamas y el alcohol se distribuyan uniformemente.
Cocina la comida hasta que el licor desaparezca: deja que el fuego se apague naturalmente y evapore el alcohol.
Sirve el plato inmediatamente después de que las llamas se apaguen: no requiere un tiempo de enfriamiento.