Para entender bien el problema, hay que tener claro que los coches, tanto los de gasolina como diésel, emiten muchos tipos distintos de contaminantes que son nocivos para el medio ambiente y la salud de las personas. Entre ellos, los más importantes son las partículas carbonaceas (PM) y los óxidos de nitrógeno (NOx).
Con esto en mente, se sabe que desde el año 2010 los fabricantes de coches en Europa empezaron a incorporar unos filtros que 'mitigaban' las emisiones de PM en los coches diésel. Sin embargo, no había un estudio que confirmara el éxito que estos filtros habían tenido. Hasta ahora. Es precisamente el nuevo informe, publicado en la revista 'Scientific Reports', el que hace una valoración muy positiva: "lo que viene a decir es que los diésel han resuelto el problema de PM", explica el investigador.
¿Quiere decir esto que ahora es mejor comprar coches diésel? No tan rápido. "Los coches diésel nuevos (con filtros de partículas) son más limpios respecto a la emisión de PM, pero siguen siendo más sucios para otro contaminante igualmente importante, los óxidos de nitrógeno (NOx)", subraya el investigador.
¿Cómo solucionar el problema de los NOx en los diésel? No es tan fácil
Como explica el investigador, ahora el principal problema de los diésel sigue siendo la emisión de óxido de nitrógeno. Sin embargo, no resulta tan fácil como colocar un filtro. "Hay catalizadores que funcionan, pero son más caros y requieren un depósito de urea en el coche, que el propietario tiene que llenar de vez en cuando", añade el investigador.
Entonces, ¿sigue siendo mejor comprarse un coche de gasolina?
No, aunque la cuestión está más igualada. "Es cuestión de valorar pros y contras", comenta Jiménez: "En cuanto a contaminación, los diéseles nuevos con filtros producen muy poco PM pero mucho NOx, y los coches nuevos de gasolina, al revés. Los diéseles producen menos CO2, lo cual es importante para el cambio climático".
Sin embargo, también explica que hay que tener en cuenta otros puntos fuertes y débiles "en precio, prestaciones, coste y subvenciones de cada carburante, necesidades de mantenimiento de cada tipo de vehículo, etc."
Solucionado el problema de estos dos grandes tipos de emisiones, ¿está todo resuelto?
No. A pesar de que son las más importantes por ser las más difíciles de reducir y por causar efectos graves sobre la salud, "los coches también emiten compuestos orgánicos volátiles (COVs) que luego producen ozono en la atmosfera, que también es un problema grave para la salud en verano. Y por último, los vehículos producen el famoso dióxido de carbono (CO2), que no tiene efectos sobre la salud, pero es el mayor causante del cambio climático", concluye el investigador.