Hoy en día prácticamente todos utilizamos Internet: algunos de forma poco intensa; otros, a diario y para prácticamente cualquier tarea. A estas alturas, se trata de una tecnología tan implantada que prácticamente toda nuestra información relevante y confidencial se encuentra almacenada en mayor o menor medida en entornos relacionados con la red. Por eso es tan importante la ciberseguridad, y este es el motivo por el que las grandes empresas destinan importantes sumas a intentar evitar ciberataques. Pero ¿qué puedes hacer tú como usuario, como trabajador autónomo o como pequeño empresario para evitar ser víctima de un delito informático? Toma nota de estos trucos y consejos para evitar ser víctima de un ciberdelito.
Más allá de invertir en productos de seguridad que detecten software malicioso, que te notifiquen cualquier intento sospechoso de acceso a tus cuentas o información… parte importante del trabajo para protegernos ante posibles delincuentes en la red pasa por ser conscientes de que nosotros somos el primer filtro. Por eso, debemos tener claro qué información debemos compartir y cuál no, qué nivel de seguridad es necesario en nuestras contraseñas, cómo podemos salvar nuestra información en espacios secundarios para evitar perderla para siempre…
En realidad, son muchos los frentes abiertos en Internet, pero la máxima es siempre la misma: actúa con cautela y, ante la duda, consulta qué se debe hacer. Por ejemplo, si vas a realizar una compra de segunda mano y alguien te pide el número de cuenta, basta una búsqueda rápida en Internet para darte cuenta de que jamás debes facilitar esta información a un extraño porque podrían cargarte facturas sin tu consentimiento. Prácticamente cualquier duda que pueda surgirte a ti ha sido objeto de duda (o de problemas) para otras personas.
Estos son algunos consejos genéricos que pueden ayudarte a evitar ser víctima de un delito informático:
- La estadística es tu amiga y, por eso, conviene que sepas cuáles son los delitos informáticos más frecuentes. Por ejemplo, es relativamente común la suplantación de identidad (es decir, hacerse pasar por otra persona, exista o no) para cometer otros delitos, como estafas, extorsiones, acosos… Por tanto, el primer filtro que debes marcarte es el personal: desconfía de desconocidos como regla general, porque existen auténticos especialistas en extraerte información de forma natural y sin que te des cuenta.
- No solo las personas pueden hacerse pasar por otras: también existen ataques de pishing que suelen consistir en hacerte llegar correos electrónicos con apariencia de pertenecer a alguna empresa o marca conocida, solicitándote información personal o pagos de dinero. Ante la duda, llama a la empresa original. También puedes observar la dirección de correo del remitente (suele contener caracteres extraños y no tener la extensión de la empresa a la que hace referencia el email).
- No compartas tus contraseñas con nadie, tómate un tiempo para crear claves que sean difíciles de conocer y de descifrar, y evita usar la misma contraseña para todo. Puede que te suponga más trabajo crear estas contraseñas, pero también lo estarás poniendo más difícil a los ciberdelincuentes. Además, intenta no escribir tus contraseñas y dejarlas en entornos en los que otras personas puedan tener acceso a ellas: nunca sabes quién puede usarlas en tu contra. Tu entorno cercano tampoco debe conocer esta información: pareja, familiares directos, amigos… Es preferible que solo tú tengas acceso a tus espacios personales en el entorno digital.
- No abras correos o mensajes ni documentos adjuntos de fuentes desconocidas. Ante la duda, elige ser conservador. Cuidado también con las terceras personas que puedan hablarte en distintos espacios (redes sociales, chats, etc.), ya que se trata de la forma más frecuente de ser víctima de extorsiones, acosos y fraudes. NI qué decir tiene que no debes compartir jamás imágenes o datos íntimos con desconocidos.
- Evita en la medida de lo posible las redes WiFi públicas, así como conectarte a dispositivos desconocidos a través de tu equipos personales.
- Casi nadie lo hace, pero es importante revisar los permisos de las aplicaciones antes de instalarlas. Además, debes mantenerte al día en actualizaciones, tanto de aplicaciones como de tu sistema operativo. Muchas veces estas actualizaciones te ayudan a protegerte ante nuevos posibles ataques.
- Evita enviar información confidencial por email, mensaje de texto o por teléfono, así como vía WhatsApp u otras aplicaciones de mensajería instantánea. Lo mismo se aplica a las redes sociales.
- Utiliza una tarjeta monedero en la que solo cuentes con el dinero necesario para tus compras del día a día: de este modo podrás mantener el grueso de tus ahorros un poco más a salvo cuando realices compras online. Al comprar por esta vía, acude siempre a sitios certificados, y evita webs que te hagan sospechar.
- Instala antivirus u otras soluciones que te ayuden a permanecer protegido. Además, es de gran utilidad guardar copias de seguridad de todos tus archivos, especialmente si eres autónomo o empresario y no dispones de grandes medios para invertir en ciberseguridad. De hecho, los pequeños negocios son las víctimas perfectas para extorsiones relacionadas con malware.