Se trata de un animal muy peculiar: su cabeza está adornada con una especie de cresta punk verde que recuerda a los trols, esos clásicos muñecos de los años 90 con pelos de punta de colores.
Pero lo mejor está en su forma de respirar: tiene branquias… ¡en sus genitales! Eso quiere decir que respira por ‘ahí detrás’.
Sus impresionantes superpoderes han hecho que el hombre se dedique a cazarlos indiscriminadamente como animal de compañía. De nuevo, seguimos sin aprender a gozar de la vida sin destrozarla.