El tiburón blanco es de los animales más temidos del mundo. En lo que va de 2020, tres surfistas han muerto solo en Australia después de sufrir una mordedura. Pero lo cierto es que los humanos no estamos en su menú ni tenemos nada que ver con lo que habitualmente comen. Un estudio acaba de descubrir las delicias que prefiere este grande del océano.
La típica imagen de la aleta acechando bañistas tiene poco que ver con la realidad, y se han dado pocos casos de buceadores expertos que hayan sufrido un ataque. Esto es porque el tiburón blanco no se acerca tanto a la superficie como pensábamos. Prefiere el fondo del mar.
Antes de nada, recordemos que estamos hablando de un animal que puede llegar a medir 6 metros y pesar 2,5 toneladas. Aterrador, cuanto menos. Pero al tiburón blanco le gustan los retos. Es decir, no le gustan los humanos porque somos presa fácil (comparados con los peces que rebusca en lo más profundo del océano).
Su presa se esconde en la arena. Esto nos dice una cosa: pasa la mayor parte de su vida alimentándose en el fondo marino, o justo por encima de él. Lo acaba de desvelar un estudio publicado en la revista científica ‘Frontiers in Marine Science’ por el Día Mundial de los Océanos que se celebró el lunes. Lo han llevado a cabo biólogos de la Facultad de Ciencias de la Vida y el Medio Ambiente de la Universidad de Sydney a través del muestreo de lo que encontraban en el estómago de hasta 52 tiburones blancos.
“Además del salmón del este de Australia, encontramos evidencia de otros peces óseos, como anguilas, merlán, salmonetes y nabos. Descubrimos que las rayas también eran un componente dietético importante, incluidas manta rayas y rayas eléctricas”, enumera Richard Grainger, autor principal el estudio, según recoge Europa Press.
Elaboraron lo que llaman la FishBase en la que iban clasificando los peces que encontraban en su interior. Además de encontrar que la dieta cambia en crías y adultos, y que pasan mucho tiempo sumergidos a muchos metros bajo la superficie, el objetivo era dar con el origen del conflicto humano-tiburón. ¿Por qué se registra un número considerable de mordeduras si no formamos parte de su dieta?
La respuesta más factible es que, durante su migración, toman como residencia temporal regiones costeras como Port Stephens, en Nueva Gales del Sur (Australia), donde fue atacado la semana pasada su última víctima, un surfista de 60 años. Lo hacen sobre todo los más jóvenes coincidiendo, dice esta investigación, con la época en la que hay más clorofila disponible en estas zonas y, por tanto, tienen más acceso a nutrientes.
Parece que podemos estar tranquilos, aunque solo en parte. Si vas a Australia, Sudáfrica o la costa estadounidense, déjate aconsejar por los locales antes de echarte al mar, por si acaso. El tiburón más cercano que se avistado últimamente es el que reportaron varios testigos cerca de Lampedusa (Italia) a finales de mayo.