Entre las sorpresas que marzo aguarda para nosotros se encuentra una cita que nos encanta: la superluna de gusano. Será el próximo lunes, día 9, y alcanzará su punto álgido a las 18:48 en España (hora peninsular). Por suerte, el cielo tenderá a despejarse a lo largo del fin de semana y podremos apreciar su grandeza –literalmente, porque se verá más grande que de costumbre– y su brillo inusual con mayor detalle.
Si el lunes a pesar de ser el día duro de la semana te pilla romántico, aléjate lo más que puedas de la ciudad y mira al cielo. La Luna se verá un 14% más grande de lo habitual por su proximidad a la órbita terrestre, ya que se encontrará en su perigeo (punto más cercano a nuestro planeta), y su luz eclipsará la mayoría de los astros por su espectacularidad.
Es por eso que se conoce como superluna, y no luna llena a secas. Es además el último plenilunio del invierno, con que doble expectación si te encuentras cerca de la montaña. Las recientes nevadas han dejado una cantidad de nieve suficiente para aguantar hasta entonces que regalará unas vistas envidiables de la Luna asomando detrás de la sierra nevada el lunes.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, más conocida como la NOAA, advierte del riesgo que esto tiene para las embarcaciones: las mareas de perigeo. De por sí, la luna influye en el mar en fase llena y nueva, pero cada –aproximadamente– 28 días, se encuentra además en su perigeo. En este caso coincide que la luna en fase de llena pasará por su perigeo, lo cual sucede de 6 a 8 veces al año.
El resultado será una fuerza gravitacional mayor. Esto no tiene por qué ser un riesgo, pero si coindice por ejemplo con una borrasca profunda cerca de la costa de una región pueden darse inundaciones ya que la marea alta será bastante más alta lo normal.
En cuanto a su nombre, elegimos 'de gusano' pero podríamos haber optado también por 'de cuaresma' o 'de corteza'. Cada tribu solía nombrar la luna como le parecía en función a qué evento tenía lugar en esa época del año. Ocurre con todas las lunas, sin ir más lejos, con la primera luna llena que hemos tenido este 2020, 'de nieve', bautizada así, como podrás imaginar, porque coincide con un periodo en que las nevadas son propicias.
En este caso, se achaca a que es la época en que el suelo empieza a reblandecerse y los gusanos salen de la tierra, lo cual coincide con la plaga de oruga procesionaria que tenemos en unas cuantas provincias de España. La luna de cuaresma también valdría, dado que nuestro país es mayoritariamente católico. El único de los tres denominativos comentados que no valdría dadas las circunstancias sería el 'de corteza', puesto que alude a la formación de nieve y hielo, y aquí todo apunta a que tendremos una segunda semana de marzo con calor primaveral.
Para verla mejor, como con cualquier evento astronómico, lo suyo es alejarse de la contaminación lumínica. Al tratarse de una luna llena considerablemente grande y brillante se podrá ver en la ciudad sin grandes esfuerzos, pero siempre es recomendable equiparse con prismáticos y escaparse a una zona más tranquila.