El silencio ayuda en la mejora de la salud de los bebés que se encuentran en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) neonatales. Es el resultado de un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Nebraska-Lincoln, la Universidad de George Washington y Baptist Health South Florida (Estados Unidos).
En concreto, el trabajo, presentado en la 177ª Reunión de la Acoustical Society of America, ha analizado los efectos que puede tener implantar periodos de silencio en estas unidades entre los bebés de hasta 18 meses de edad.
Para ello, los científicos trabajaron con el personal de Enfermería en las UCI neonatales mientras desarrollaban sus propias pautas de tiempo de silencio, las cuales incluían limitar las conversaciones, atenuar las luces y coordinar los servicios de limpieza en horarios establecidos todas las tardes y noche.
Posteriormente, los investigadores analizaron cómo el paisaje sonoro de cada unidad cambiaba a lo largo del día. Las mediciones acústicas revelaron que los tonos estresantes eran más silenciosos, los sonidos muy fuertes ocurrían con menos frecuencia y la cantidad total de tiempo de silencio a lo largo del día era mayor.
Además, los expertos comprobaron que los bebés tenían ritmos cardíacos más saludables durante las horas de silencio. A partir de estos datos, el grupo ha recomendado utilizar protocolos de tiempo de silencio para mejorar la salud de los bebés que están ingresados.