El municipio de San Sebastián de La Gomera acogerá, entre el 11 y el 15 de septiembre, el congreso científico internacional "La Gomera Accretion Week 2017", organizado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), con la colaboración del Cabildo de La Gomera y el Ayuntamiento de esta villa. En este evento se reunirán 65 astrofísicos de todos los rincones del mundo dedicados a la investigación de agujeros negros para debatir sobre un asunto que les trae de cabeza: ¿cómo 'verlos'?
Estos escurridizos objetos estelares, por el momento, solo pueden detectarse cuando el material proveniente de estrellas muy cercanas dentro de sistemas binarios cae al interior del agujero negro. Y es que, entre la vasta oscuridad del cielo, existen agujeros que son imperceptibles a nuestros ojos porque ni emiten ni reflejan la luz al ser engullida sin escapatoria por su extrema gravedad. De ahí, su apellido 'negros'.
Con solo intuirlos, gracias a mucho conocimiento sobre la Relatividad General y las Teorías Cuánticas de Campos (entre otras cosas), los científicos han averiguado estas siete cosas, que nos han explicado desde el Instituto de Astrofísica de Canarias, que tienes que saber sobre los agujeros negros:
1. Un agujero negro es una región del espacio y el tiempo creada cuando cierta cantidad de materia ha colapsado bajo la influencia de su propio campo gravitatorio y que se caracteriza por un horizonte de sucesos, que representa la frontera del agujero negro. Cualquier cosa que cruce el horizonte se verá arrastrada por la fuerza espacio tiempo y que se verá abocada a permanecer en su interior.
2. No son portales, si no esferas negras. Distinguirlos es difícil sobre el manto negro y solo son observables cuando 'engullen' una masa superior a la suya, calentándose y emitiendo radiación, o por las ondas gravitacionales concretas que se desprenden cuando dos agujeros negros entran a competir entre sí.
3. Si no te acercas mucho, puedes orbitar en torno a un agujero negro sin ser succionado. A cierta distancia, los agujeros negros se comportan como otro cuerpo estelar sin intentar 'comerte'. De hecho, se ha demostrado la existencia de un agujero negro supermasivo en el centro de nuestra Galaxia, el Sagitario A. Para ello, se utilizó la tecnología de Óptica Adaptativa con el mayor complejo de telescopios del mundo (los VLT, Very Large Telescope, en Chile).
Quantum Fracture en sus vídeos lo explica muy sencillo diciendo que "si cambiásemos el Sol por un agujero negro, orbitalmente no se produciría ningún cambio en los planetas del Sistema Solar".
4. Cuando estos agujeros negros acrecionan materia de su entorno emiten flujos extraordinarios de rayos X y se identifican como galaxias activas y quasares.
5. Desde fuera, no se puede observar la succión de los agujeros. Se sabe que la gravedad de un agujero negro es tal que no deja escapar nada que sobrepase su Horizonte de Eventos, pero es algo que se sabe teóricamente porque no es observable. Es decir, como espectador, lo que verías es cómo el objeto se acerca al Horizonte (el límite que podemos ver del agujero), y se quedaría ahí inmóvil… y ni eso. En el IAC comentan literalmente que "la fuerza gravitacional del agujero negro es tan intensa que la luz que emite el cuerpo que está siendo absorbido llegaría cada vez más lenta a nuestros ojos, perdiendo energía hasta hacerse imperceptible".
6. Cuando la materia se acerca al Horizonte de Sucesos lo hace increíblemente rápido, a fracciones de la velocidad de la luz, por lo que el material se calienta mucho y produce esos flashes repentinos de rayos X que observamos. De esta manera, vemos a la materia comportarse en las condiciones más extremas que conocemos, "condiciones que posiblemente no podamos replicar en la Tierra y que convierte este campo de la Astrofísica en algo muy emocionante", decía Phil Charles, catedrático de Astronomía en la University of Southampton, para el IAC.
7. Dentro de los agujeros negros, el espacio crece. Esto es, dos cuerpos dentro de un agujero negro no podrían mantenerse a la misma distancia porque 'crecería' espacio entre ellos. La gravedad es tal que "la dirección radial se expande en el interior, mientras que la dirección transversal se encoge", impidiéndoles salir y haciendo que se alargasen hasta colapsar. ¡La tortura del potro!