La noticia en esta primera quincena de octubre está siendo la sequía cuando estamos en el que acostumbra a ser el mes más lluvioso. Nuestros embalses agonizan a tan sólo un 40% de su capacidad y los campos se secan al tiempo que algunos ganaderos tienen que comprar agua para sus animales en vista de que los pozos no recogen nada. No sorprende demasiado que el año hidrológico que cerró el pasado 30 de septiembre (e inició el 1 de octubre de 2018) haya dejado unos datos preocupantes: ha sido el cuarto más seco del siglo XXI con un 13% menos de lo normal de precipitación.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha hecho balance de las precipitaciones que han caído desde el 1 de octubre del año pasado en España. Resulta alarmante observar cómo, desde noviembre, pocos episodios han salvado la sequía, que empezó a evidenciarse el diciembre y enero con unas lluvias y unas nevadas que no llegaban. Pero el dato más preocupante llegó después: febrero fue el más seco de este siglo y se batieron 18 récords de calor. Por si fuera poco, para entonces la reserva de nieve era la mitad del promedio nacional de los últimos 5 años.
Así, pasamos de una "acumulación de precipitación superior en un 29% a la media", enuncia la Aemet, a una tendencia negativa que se prolongó hasta finales de marzo. Abril, por suerte, trajo bastante lluvia a algunas zonas como el noroeste peninsular y puntos del Mediterráneo como el sur de la Comunidad Valenciana o Murcia. A pesar de todo, mayo fue "muy seco aunque muy próximo a extremadamente seco", informó entonces la Aemet en su informe mensual climatológico.
El problema se acrecentaba a medida que pasaban las semanas y llegamos al final de junio con un 16% menos de precipitación acumulada de la normal. Prácticamente cuando ya nos despedíamos del verano astronómico nos sorprendió una DANA que dio lugar a un episodio extraordinario de lluvias –entre el 10 y 15 de septiembre– en zonas como Ontinyent (Valencia) o San Javier (Murcia) y el déficit se redujo a un 13%. Con estas características hemos llegado al final del año hidrológico, que se sitúa como el cuarto más seco de este siglo y el 11º más seco de la seria que empieza en el periodo 1964-65.
El contraste entre las regiones donde más ha llovido y las que menos es claro si miramos el mapa que resume el año hidrológico. Los valores normales se superaron "en más de 25% en la Comunidad Valenciana, gran parte de Murcia, tercio este de Andalucía, y zonas del sureste de Castilla-La Mancha, incluso duplicándose en un área ubicada entre las provincias de Alicante y Murcia, y al nordeste de la de Granada", enumera la Aemet.
Sin embargo la tendencia general ha sido un cielo con pocas novedades que se ha mantenido sin traernos apenas precipitación. El déficit fue desmesurado en "amplias zonas del cuadrante suroeste peninsular, de Castilla y León, Canarias, una zona del Pirineo oscense y otra al oeste de Galicia", donde no se alcanzó ni el 75% de los valores normales.
*Imagen: Porcentaje de precipitación acumulada en el año hidrológico en relación al periodo 1981-2010 / Aemet
En cuanto al estado de las cuencas de nuestros ríos, como puede observarse a continuación, han cerrado el año hidrológico en superávit "las cuencas del Júcar, Segura y del Pirineo oriental", mientras que el resto han sido en todos los casos deficitaria, especialmente la del Guadiana, que en la semana actual se encuentra al 38,34% de su capacidad cuando la media de los últimos 10 años es de un 60,16%.
*Imagen: Precipitación acumulada en el año hidrológico en las grandes cuencas / Aemet