Un satélite ruso, que orbitaba fuera de control en el espacio, ha regresado violentamente a la Tierra, tras precipitarse como una gran bola de fuego, que logró avistarse en varias zonas al este de Estados Unidos, pero que no ha causado ningún herido porque se desintegró antes de colisionar.
El Kosmos-2551 era un satélite de reconocimiento, aunque algunos también lo catalogaron como un satélite espía, lanzado por Rusia el 9 de septiembre de este año. Sin embargo, al poco tiempo de encontrarse en el aire ocurrió falló y quedó a la deriva en el espacio sin poder ajustarse a su órbita.
De acuerdo a Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, el satélite no ha sido considerado un objeto peligroso en ningún momento, ya que, aunque se conociese que se iba a precipitar hacia la Tierra, debida su 'pequeña' masa, de tan solo 500 kilogramos ,al reingresar a la atmósfera se sabía que se desintegraría por completo.
McDowell ha señalado que este satélite estaba girando alrededor de la Tierra unas 17 veces por día a una velocidad de 27,000 km/h (17,000 mph) que, sin embargo, se reducía de manera paulatina a medida que entraba en contacto con la atmósfera.
Para el astrónomo, el regreso de un satélite a la Tierra es más frecuente de lo que se cree y ocurre unas cuantas veces cada año, lo que sucede, según McDowell, es que cada vez se precipitan en un lugar distinto, por lo que siempre resulta un hecho extraño y fascinante para la gente que los ve en el cielo, al no estar acostumbrados a ello.
Por su parte, la NASA también confirmó lo ocurrido en una publicación en su página de Facebook dedicada a la observación de meteoritos y explicó de qué se trataba a sus seguidores: "El evento no fue causado por un objeto natural, sino que se produjo por la reentrada y fragmentación de un satélite sobre la zona este del país (EEUU)"