Saltamontes rosa: el motivo de su color y la dificultad que implica
El insecto se descubrió por primera vez en 1874, aunque cada es más frecuente verlo
Su color responde a una mutación genética que no le permite camuflarse en su hábitat original
El rosa no es un color fácil de encontrar en el medio natural más allá del cerdo y el flamenco. Sin embargo, el descubrimiento de nuevas especies de esta tonalidad no deja de demostrar lo impredecible que es la naturaleza. Hace unos días la única mantarraya rosa del mundo se dejó fotografiar por segunda vez en 5 años en Australia. Ahora, un insecto del mismo color parece estarse volviendo frecuente en zonas boscosas de América del Norte: los saltamontes rosas. ¿Cuándo se descubrió y a qué debe su aspecto?
Saltamontes rosa: uno de cada 500
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Parece que alguien ha editado la foto o que hay un engaño detrás de ella pero no es así. El color de este saltamontes es rosa chillón y tiene una explicación científica. Este tipo de insecto, original y excéntrico como poco, se ha fotografiado en diversas ocasiones. Eso sí, encontrarlo es como dar con un trébol de cuatro hojas.
Según el control de plagas y prevención medioambiental, sólo uno de cada 500 ejemplares luce este aspecto. En Nueva Orleans, no obstante, cada vez es más habitual toparse con uno de ellos, ya que algunos investigadores los han estado criando para desafiar las leyes de la naturaleza.
Varias hipótesis coinciden en que este tipo de saltamontes se descubrió por primera vez en el año 1874. Al principio, pensaron que su tonalidad cambiaba con las estaciones del año, pero en 1907, cuando William Morton Wheeler encontró más saltamontes de ese color, se descartó esta teoría inicial y se dieron cuenta de que era más típico de lo que se creía.
¿A qué se debe su color?
De igual forma que la mantarraya rosa que mencionábamos, este insecto adquiere su pigmento por una expresión de la melanina denominada como eritrismo, que hace que la tonalidad de la piel sea rojiza o rosada. Es similar a lo que ocurre con otros animales que pueden volverse melánicos, y adquirir un color negro, o ser albinos, de un tono tirando a blanco. Esta modificación suele ocurrir en el saltamontes de pradera común.
Otras teorías aseguran que la explicación se basa en un gen recesivo. El color habitual de esta especie es el verde, aunque dependiendo del hábitat pueden adquirir tonalidades marrones e incluso blancas. Las investigaciones realizadas en torno a él muestran que la variante rosada podría ser una forma extrema de la marrón. Además, los científicos creen que esta coloración es una forma que tienen de adaptarse a la naturaleza, que los hace muy visibles, pero poco atractivos como presa.
Incapaces de camuflarse
Un artículo publicado recientemente en la revista internacional Behavioral Ecology ha demostrado que los saltamontes son capaces de cambiar el color de su cuerpo para adaptarse al del suelo para ser menos visibles a sus depredadores. Además se ha encontrado que existe un ajuste de esta capacidad de camuflaje que depende de las condiciones del medio que mejora su habilidad para pasar desapercibido.
Sin embargo, los saltamontes rosas, precisamente por ser más llamativos, son incapaces de camuflarse cuando detectan peligro. Su melanina no les permite adaptarse a los entornos que les rodean. Por ello, el riesgo es mayor para ellos que para otros de su especie.
Como contrapartida, su color rosa no sólo sorprende a primera vista a aquellas personas que se topan con ellos, también a otros animales que conviven en el mismo ambiente, con que esto en alguna ocasión juega en su favor.