No conocemos desde hace mucho a los osos glorales en la naturaleza. De hecho, han pasado apenas 10 años cuando un cazador abatía en el Ártico a lo que él pensaba que era un oso polar. Sin embargo, tenía la piel más oscura alrededor de sus ojos y sus garras eran mucho más grandes de lo normal.
Poco después, un análisis de ADN del animal determinó que se trataba de la descendencia de un macho de 'grizzly' y una hembra de oso polar. Era la primera vez que se veía uno real en la naturaleza, pese a que muchos ya teorizaban sobre su existencia.
Ahora, cada vez es más común ver estos híbridos, pero lo cierto es que los encuentros de los polares con los pardos son amistosos solo en época de apareamiento. En el resto del tiempo, más bien es agresivo.
Además de los que hay en la naturaleza, podemos encontrar dos grolar en el zoológico de Osnabrück (Alemania), los cuales se comportan de forma más parecida a la de los osos polares que a la de los pardos.