Desde que llegó a nuestras costas en 2015, el alga invasora Rugulopteryx okamurae ha constituido una amenaza cada vez mayor. Decenas de investigadores buscan saber más sobre la especie para contener su expansión y las administraciones están destinando cientos de miles de euros a hacerle frente. ¿Cuáles son las zonas más afectadas de España?
Todo empezó con unas invasiones esporádicas de un alga marrón un tanto maloliente en las playas de Ceuta en 2015. Pronto, el Parque Natural El Estrecho, en Tarifa (Cádiz) se cubría del mismo manto pardusco a comienzos de 2016. Estas constituyen actualmente las zonas más afectadas todavía a día de hoy.
A medida que se fue expandiendo, se iba a haciendo con el fondo rocoso con gran facilidad en detrimento la biota fotófila residente. Es una propagación rápida, principalmente debido a estrategias asexuales y vegetativas por propágulos y monoesporas.
“Aunque no se ha podido evaluar si la especie es capaz de completar todo su ciclo de vida en las aguas atlánticas y mediterráneas, la rápida expansión y masiva potencial de ocupación desde su primera detección en 2015 refleja que este caso de bioinvasión es uno de los más graves y amenazantes provocados por macroalgas marinas en aguas europeas”, recalcaba un estudio en abril de 2021.
El alga, especie originaria del pacífico noroccidental, en concreto de Japón, China y Corea, puede colonizar desde profundidades de tan solo 0,5 metros hasta los 5 metros, alcanzando esporádicamente los 15. Se cree que llegó por primera vez a Francia en 2002, donde desembarcó con ostras importadas para la acuicultura procedentes de Japón.