Son muchos los estudios científicos que evidencian cómo el cambio climático está afectando a la vida en el planeta, entre ellos, el llevado a cabo en las Universidades de Edimburgo, Leeds y Lancaster, que predice la disminución de los rayos hasta finales de siglo.
Según el investigador Declan Finney, a lo largo de los próximos años los relámpagos reducirán su presencia en un 15%. Para Sabela Regueiro, física atmosférica de la University College London, ese futurible descenso que predice este artículo es una de las evidencias más claras de que existe un cambio climático motivado por la acción humana.
Destaca además que, por primera vez, se utilizan parámetros que tienen en cuenta la colisión de las partículas de hielo en el interior de las nubes. "Este fenómeno es realmente importante ya que es una de las principales razones por las que las tormentas tienen carga eléctrica", subraya.
Menos incendios y cambios en la composición de la atmósfera
"Este declive del número de rayos acaecidos durante las tormentas dará lugar a una disminución de los incendios de origen natural y una variación en la composición química de la atmósfera”, apunta como primeras consecuencias.
Asimismo, Regueiro puntualiza que si los rayos son un claro indicador del cambio climático (como apuntan muchos de sus colegas), su mejor conocimiento dará a los científicos más información y, por tanto, las herramientas necesarias para ralentizar sus efectos devastadores sobre la Tierra.
Por el contario, en Estados Unidos el pronóstico es justo lo contrario. Una investigación publicada en Science en el año 2014 vaticinaba un aumento del 50% de los relámpagos en su territorio a lo largo de este siglo por la misma causa: el calentamiento global. Después de analizar precipitaciones y factores de inestabilidad de 11 modelos climáticos, el equipo de la Universidad de California concluyó, además, que las tormentas acompañadas de descargas eléctricas se volverían “explosivas”.
República del Congo, un imán luminiscente
Los satélites permite, entre otras muchas cosas, localizar aquellos lugares del globo terrestre donde se produce en más ocasiones este fenómeno atmosférico. El Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA publicó el pasado año los diez lugares del mundo con mayor incidencia de rayos: Parque Nacional Kahuzi-Biega, Shabunda, Butembo, Boende y Walikale (República Democrática del Congo); Lago de Maracaibo (Venezuela); Cáceres y El Tarra (Colombia); Daggar (Pakistán); y Nguti, (Camerún).
Los relámpagos afectan al dolor de cabeza
Hace cinco años, investigadores de la Universidad de Cincinnati (Estados Unidos) descubrieron que este fenómeno puede tener una relación con la aparición de dolores de cabeza y migrañas. Según el estudio dirigido por Vicent Martin y Geoffrey Martin, padre e hijo, los enfermos crónicos con cefalea que estuvieron a 40 kilómetros de donde se produjeron las tormentas eléctricas mostraron un aumento del 31% del riesgo de dolor de cabeza y un 28% de padecer una molesta migraña.
¿Los rayos alcanzan más a los hombres?
Datos tomados en Estados Unidos entre 1995 y 2008 confirman que, de las 648 personas fallecidas a causa de un rayo, un 82% eran hombres. Psicólogos y meteorólogos concluyeron que el comportamiento de los hombres puede ser la causa de este altísimo porcentaje. El género masculino es más reacio a abandonar la actividad que esté llevando a cabo cuando se desata una tormenta. Es decir, si están haciendo deporte o una actividad de ocio al aire libre preferirán continuarla y no dar importancia a la borrasca.
Consejos para evitar caer fulminado
Para evitar ser una de las miles de personas que anualmente caen fulminadas por un rayo, te aconsejamos que, si te encuentras a la intemperie, busques refugio, y cuando lo encuentres cierres puertas y ventanas Si, por el contrario, te encuentras en casa, evita la ducha y deja para más tarde todo aquello que tenga que ver con el agua. Además, no te acerques a aparatos eléctricos y aprovecha para desconectar un rato el móvil. El coche es uno de los mejores lugares para refugiarse, eso sí, apaga todo y asegúrate que esté bien cerrado. Aléjate de árboles solitarios, huye de la playas, de las piscinas, de los lagos y de los lugares elevados.