Las llamativas nubes noctilulcentes, las más altas y más brillantes que se producen en la Tierra, se han dejado ver en Madrid y otras zonas España el último día de la primavera y primero del verano. Generalmente, estas formaciones, cuyo nombre se abrevia NLC, generalmente están limitadas a las regiones polares de Canadá, Noruega o Rusia, sin embargo parecen estarse escapando hacia latitudes más bajas este año de manera excepcional. ¿Qué son y cómo se crean?
Las nubes noctilucentes han sorprendido iluminando del cielo de París o de Madrid entre el anochecer y amanecer los días 20 y 21 de junio.
Se trata de unas formaciones extremadamente raras. Suelen verse algunas noches del verano en el Hemisferio norte, en latitudes entre 45 °N y 80 °N, cuando los cielos están completamente despejados.
Para que se formen deben darse unas condiciones excepcionales. Como todas las nubes, requieren de vapor de agua, pero también de polvo y de temperaturas muy bajas, que son fácilmente alcanzables en la mesosfera, entre 50 y 80 kilómetros sobre nuestras cabezas. Sin embargo el polvo y el vapor de agua escasean más a esa altitud. Generalmente, ese polvo proviene de pequeños meteoritos que golpean la atmósfera terrestre, aunque pueden provenir también de los volcanes o los contaminantes artificiales. El vapor, por su parte, podría originarse en la tropopausa o en diferentes reacciones químicas.
Las volutas de vapor de agua se cristalizan alrededor de las motas de humo o polvo y, en el borde del espacio, se encienden las bellas nubes noctilucentes de un azul eléctrico que, si las nubes no lo impiden, iluminan la noche casi como auroras boreales.
Estas son algunas imágenes que se han producido en los últimos días:
En latitudes más altas, las nubes noctilucentes se están dejando ver así de espectaculares: