Con la llegada del verano, las picaduras de mosquitos, avispas o medusas se multiplican. Normalmente, estos picotazos no causan grandes problemas a la población pero un tratamiento adecuado puede ayudar a que la recuperación sea mucho más llevadera. Por eso mismo, el Hospital de Manises ha querido dar unos simples consejos para tratar de manera conveniente las picaduras de estos molestos insectos y animales marinos.
Lo primero que recomienda el equipo médico del centro es si sufrimos la picadura de un mosquito o avispa hay que lavar la zona afectada con agua y jabón. Después de haber enjuagado la picadura, es recomendable aplicar hielo con un paño como medida de protección durante un período de quince minutos. Este paso puede repetirse cada vez que la zona afectada duela o escueza.
Además, los médicos especialistas han asegurado que, muchas veces, cuando se sufre la picadura de una avispa o araña hay que retirar con unas pinzas el aguijón que ha podido quedar dentro del picotazo.
Por otro lado, se encuentran las picaduras de medusas que pueden resultar mucho más molestas. Los síntomas más comunes de la picadura de una medusa son dolor, picor e hinchazón de la parte del cuerpo afectada que pueden llegar a durar tres días. En este caso, los especialistas del Hospital de Manises aconsejan limpiar la zona de la herida con suero fisiológico frío para arrastrar los restos de tegumentos (fragmentos de la medusa que puedan quedar pegadas en la piel).
Nunca hay que limpiar la picadura con agua dulce porque aumenta el dolor y la irritación. Una vez limpiada, hay que sumergir la parte del cuerpo afectada en agua caliente para desactivar las toxinas termolábiles. Si el dolor es persistente, los especialistas recomiendan dar ibuprofeno oral para remitirlo.
El último caso que se recomienda es el de acudir al hospital. Los afectados por cualquier tipo de picadura deberán acercarse al centro médico más cercano lo antes posible cuando comiencen a observar síntomas como: ardor, hinchazón, dificultad para respirar, aparición de manchas rosáceas, vómitos, hinchazón de rostro o dolores abdominales.