Bouman creó hace tres años un algoritmo que ha sido imprescindible en la tarea de obtener tan preciada fotografía. Por aquel entonces estudiaba en el campo de la inteligencia artificial e informática en el MIT, según recoge CNN.
El gran escollo de la misión fue que, por definición, un agujero negro es invisible, aunque pueden reflejar una sombra a partir de la luz que entra en ellos. Para lograrlo, los investigadores recopilaron millones de gigabytes de información sobre el agujero negro utilizando la técnica de la interferometría (combina luces provenientes de diferentes telescopios).
No obstante quedaban grandes brechas de datos por recoger. Y ahí es precisamente donde entró el algoritmo de Bouman, que ayudó a completar la imagen en cuestión.