El estudio descubrió que los participantes eran más rápidos a la hora de disparar a un humano o a un robot negro que a sus contrapartes blancos. De la misma forma, fueron más rápidos al tomar la decisión de no disparar a los humanos y robot blancos desarmados que a figuras negras. De esta forma, el informe concluye que los robots también se ven afectados por su condición racial.
Los investigadores recolectaron fotografías de personas de diferentes razas y de un robot Nao, al que vistieron con una variedad de tonos de piel humana. En las imágenes aparecían los sujetos en ciertos casos con un arma en la mano y en otras con objetos que no podían ocasionar ningún daño (como una lata de refresco). Los sujetos que participaron en la prueba vieron la imagen sólo por una fracción de segundo y se les pidió que actuaran por instinto.
El responsable del estudio, Christoph Bartneck, presentó los resultados en una conferencia internacional celebrada en Chicago (Estados Unidos) que analizaba la interacción entre humanos y robot, donde explicó que entre todos los participantes solo el 11 por ciento no pudo determinar la pertenencia racial del robot.
"Tenemos la esperanza de que este estudio anime a los diseñadores a crear robots que representen la diversidad de las comunidades", añadió Bartneck en una entrevista concedida a la web del Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (IEEE, por sus siglas en inglés). "No hay necesidad de que todos los robots sean blancos", ha concluido.