Una polilla gigante pocas veces vista por humanos sorprende en un colegio de Australia
La polilla gigante de la madera es la más grande del mundo con unos 25 cm de adulta
Al llegar a la madurez, estas polillas pesan tanto que no pueden volar y alimentarse
Crecen dentro de los troncos de los árboles y después emergen como orugas para devorar las raíces
¿Te imaginas abrir el armario y encontrarte con una polilla del tamaño de un zapato? No es imposible si vives en Australia. Allí vive la polilla ‘gigante de la madera’ (Endoxyla cinereus), la más grande del mundo, aunque como su nombre indica, se inclina más por las raíces de los árboles que por los textiles. Mide unos 25 centímetros y puede pesar hasta 30 gramos. Recientemente se llevaron un buen susto en un colegio al encontrar uno de los pocos ejemplares que ha visto el humano.
Ocurrió en Mount Cotton State School, en el estado de Queensland, donde se está construyendo un nuevo edificio cerca de una selva tropical, según ‘Live Science’. Los constructores tomaron fotos y después la devolvieron a la naturaleza, aunque estos insectos no duran demasiado vivos, precisamente por su enorme tamaño.
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Pesan tanto que no pueden volar
En su fase de larvas, estas polillas perforan eucaliptos de corteza lisa y van creciendo dentro del árbol durante aproximadamente un año. Después emergen como orugas y se comen las raíces de las plantas. Pero al llegar a la edad adulta no pueden comer ni volar (pesan demasiado), así que mueren a los pocos días de alcanzar su asombroso tamaño. Eso sí, antes, las hembras llegan a poner hasta 20.000 huevos diminutos que dan lugar nuevas larvas, según cuenta en su web el Museo Australiano.
La directora de la escuela, Meagan Steward, aunque dice estar sorprendida porque es la primera vez que reciben esta curiosa visita, asegura que sí suelen avistar en el entorno del colegio desde koalas hasta serpientes, ualabíes o zarigüeyas, que son animales autóctonos de los bosques australianos.
Por suerte, los estudiantes no estaban en clase en el momento en que la polilla decidió asomarse a saludar, ahorrando más de un trauma a los jóvenes del colegio.