Las plantas sienten pánico cuando llueve: una reacción en cadena destapa su mayor miedo
Sin precipitaciones, las plantas no podrían sobrevivir, pero el agua se convierte en su peor enemigo cuando entra en juego una enfermedad
De la misma manera que las personas reaccionan a sus miedos cuando se enfrentan a ellos, los animales lo hacen y, según acabamos de conocer, también las plantas. Resulta sorprendente porque sabemos que los árboles, flores, etc. respiran pero no solemos asociarlos a emociones ni, mucho menos, al temor. La lluvia forma parte de su vida, sin embargo cuando sienten que está al caer, la respuesta al estímulo recuerda al pánico que expresamos los humanos ante nuestras fobias. ¿Cómo se ha descubierto este sentir de las plantas?
Los responsables de descubrirnos este curioso miedo han sido investigadores de la Facultad de Ciencias Moleculares de la Universidad de Australia Occidental, el Centro ARC de Excelencia en Biología Energética de Plantas y la Universidad de Lund, según recoge la revista Proceeding of the National Academy of Sciences.
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El equipo se sirvió de un spray para mojar varias plantas y ¡voilà! Una reacción en cadena provocada por una proteína llamada Myc2 destapó su temor. Lo que ocurre cuando esta sustancia se activa, es que sus genes se ponen en marcha y preparan las defensas de la planta frente al 'peligro'. De hoja en hoja, la respuesta se traslada para protegerse. Pero ¿por qué es el agua una amenaza?
La lluvia, una amenaza para las plantas
La lluvia es un fenómeno constante en nuestras vidas y el hecho de que las plantas sientan temor al agua suena igual de absurdo que si lo tuviéramos las personas. O no. Hay un motivo detrás de tanto miedo.
Cierto es que sin precipitaciones la vegetación no podría sobrevivir, pero la lluvia se convierte en un enemigo cuando entra en juego una enfermedad. Sí, también se ponen 'malitas'. De hecho, en bosques forestales españoles se ha observado una afección –entre otras– por la propagación de la 'banda marrón', un hongo que acaba con los pinos. Incluso en el Amazonas se han producido otro tipo de achaques que han ido acabando con los árboles en un trágico efecto dominó.
Cuando una gota de lluvia cae sobre la hoja de una planta, rebota en todas direcciones y, si la planta en cuestión es portadora de una enfermedad, esta se propagará. Así, con la 'preparación' de la vegetación para un episodio de lluvias, lo que se intenta evitar es precisamente eso: ser contagiadas.
Comunicación entre plantas
Entre las hormonas que se liberan como mecanismo de defensa se encuentra el ácido jasmónico, que comunica señales entre las plantas. De esta manera, si una está 'protegida' y la vecina no lo está, la primera podrá trasladarle a la segunda el aviso para que lo haga. Es su manera de permanecer estáticas –no tienen otra elección– sin renunciar a protegerse.