Planet Coaster Console Edition y cómo soñar con ser el próximo Walt Disney
El simulador de parques de atracciones más completo acaba de lanzarse para consolas
El género de gestión económica es uno de los más minoritarios en el mundo de los videojuegos
Suponen un ensayo realista de la dirección de empresas, el control del gasto y la búsqueda de rentabilidad
En Animal Crossing: New Horizons (Nintendo Switch), uno de los juegos estrella de este confinamiento, aterrizas en una isla semidesierta con una mano delante y otra detrás, una casa precaria y una deuda de aúpa por el coste del pasaje y de la vivienda. Así arranca literalmente el juego. En un abrir y cerrar de ojos tienes una hipoteca y te ves arrastrado a realizar distintos trabajos en una espiral sinfín de pago de deudas a un mapache con cara de póquer, el Sr. Nook. Él y su familia tienen el control de los negocios en la isla. Incluso cuentan con cajeros automáticos y cobran comisiones. Todo muy capitalista.
La cruda realidad con forma de muñequitos simpáticos y rodeada de un buen puñado de actividades divertidas en un universo cambiante y, en muchos casos, regido por las normas de nuestro día a día. Nada que objetar si no fuera porque el monopolio y, por qué no decirlo, el sistema cuasi esclavista que normaliza el Sr. Nook se presenta sin filtros en un juego para niños de más de tres años.
Animal Crossing se ha hecho muy popular incluyendo elementos de un género muy minoritario de los videojuegos pero quizá el de mayor realismo: la simulación económica o los business simulation games que emulan actividades del mundo real. Son tan pocos que se suelen incluir generalmente dentro de la heterogénea clasificación de los juegos de simulación/estrategia. Los datos de la ESA, la patronal americana de los videojuegos, calculan que solo un 3,7% de los juegos vendidos el año pasado pertenecen a este tipo.
A pesar de su escaso impacto en el mercado, los juegos de gestión económica son muy valiosos como ensayo de la dirección de empresas, el control del gasto y la búsqueda de rentabilidad con el atractivo de añadir además una parte creativa. Desde construir ciudades (Cities Skylines), gestionar un hospital (Two Point Hospital), administrar una prisión (Prison Arquitect) hasta dirigir una dictadura caribeña (Tropico 6), un zoo (Planet Zoo) o directamente un parque de dinosaurios (Jurassic World Evolution). Desde el punto de vista de la industria también son un producto rentable porque se pueden vender infinitas ampliaciones sucesivas del juego (DLC) que además cuentan con el favor de usuarios fieles.
Hasta hace poco los juegos de simulación económica estaban vedados en las consolas por la dificultad de adaptar los controles
Hasta hace poco eran un terreno vedado para las consolas, estaban reservados para el PC donde el teclado y el ratón son más cómodos para acceder a la gran cantidad de tareas que permiten este tipo de títulos. Muchos intentos por llevar todos esos controles a un mando han resultado desastrosos. Pero eso está cambiando poco a poco.
Un juego como Planet Coaster: Console Edition (Frontier Developments) ha logrado un resultado óptimo aunque ha tardado cuatro años en conseguirlo. El título, que salió en 2016 en su versión PC, acaba de lanzarse en las consolas de Playstation y Xbox y es una estupenda invitación a convertirse en un Walt Disney con olfato para atraer visitantes y vender merchandising en tu propio parque de atracciones.
Porque el dinero está siempre muy presente. No se trata solo de colocar atracciones aquí y allá. Se puede hacer prácticamente de todo: desde ubicar los aseos, a cambiar los precios de la bebida y la comida de las tiendas o incluso elegir si quieres poner más o menos ketchup en las hamburguesas o hielo en los refrescos. Hasta permite la creación de colas prioritarias para las atracciones al estilo de los "fast pass" de algunos resorts. Elementos con los que jugar para cuadrar las cuentas. Por supuesto sin descuidar los sueldos de los trabajadores o la opinión de los clientes. Como curiosidad, el título penaliza a los jugadores que pagan mal a sus empleados.
Y como en la realidad, las atracciones estrellas del parque son las montañas rusas. Planet Coaster cuenta con el atractivo de poder crear el coaster de tus sueños. Hay decenas de ellas clasificadas por tipo de material (de madera, acero o híbridas), de vía, tipo de coches o incluso de tracción. Aunque el juego cuenta también con una gran cantidad de plantillas prediseñadas.
Lo que no ocurre en el mundo real es que los empresarios muestren a la competencia sus mejores ideas. Sin embargo, para beneficio de los usuarios, el título incluye un sistema (llamado Frontier Workshop) con el que los jugadores pueden compartir sus creaciones con otros en la versión para consolas. Sin embargo, desgraciadamente no con los usuarios de PC (con una biblioteca consolidada de diseños).
El estudio británico de desarrollo Frontier Developments, toda un institución en este tipo de género, consigue el simulador de gestión de parque de atracciones más completo hasta la fecha, accesible y con mucha profundidad. Con personajes divertidos y un gusto por los detalles exquisito que demuestran el cariño puesto en el juego. A veces frustrante con los controles pero perdonable por el esfuerzo de adaptación desde el PC. Recomendable abandonar la vista aérea por momentos y pasearse a pie de calle o incluso convertirse en usuario de las atracciones gracias a un modo que nos pone en el papel de los visitantes.
Ante todo un agujero negro en el que tirar horas y horas de tiempo libre. Como la mayoría de los videojuegos de simulación económica, una carta de amor a la gestión de recursos y los beneficios que ha encontrado en las consolas la forma de ampliar el número de aficionados al género.